El presidente de Paraguay, Santiago Peña, expresó su indignación y exigió respeto para su país luego de que se revelara que Brasil había llevado a cabo un operativo de espionaje contra funcionarios paraguayos durante las negociaciones sobre las tarifas de energía de la represa binacional de Itaipú.
Peña subrayó que esta situación no solo involucra a su gobierno, sino a todo el Estado paraguayo, defendiendo los intereses nacionales de manera respetuosa, pero a la vez exigiendo un trato respetuoso hacia Paraguay.
Este pronunciamiento se produjo luego de que Brasil admitiera que la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) organizó el espionaje en 2022, durante la administración de Jair Bolsonaro, aunque la operación fue cancelada en marzo de 2023, 3 meses después de que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera la presidencia.
Peña calificó este episodio como un “problema de Estado”, resaltando que, aunque la operación ocurrió bajo la administración anterior, es fundamental que se aclare y que Paraguay obtenga respuestas. En su intervención, el presidente comparó el caso con “viejas heridas” de la guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en la que Paraguay se enfrentó a Brasil, Argentina y Uruguay, y sugirió que esta situación refleja un resentimiento persistente hacia su país.
La Fiscalía de Paraguay abrió una investigación sobre el espionaje digital y solicitó explicaciones a Brasil, que llevaron a la convocatoria del embajador brasileño en Asunción. Además, Paraguay suspendió indefinidamente todas las negociaciones sobre el anexo C del tratado de Itaipú, que regula las tarifas de la represa, hasta que Brasil brinde aclaraciones satisfactorias.
