Con el rostro cubierto por el dolor y la indignación, decenas de mujeres se manifestaron nuevamente en Ciudad Juárez, al norte de México, para exigir justicia ante la creciente ola de feminicidios que afecta a la ciudad fronteriza.
La protesta se centró en el caso de Isabel Nieto, una maestra desaparecida y asesinada, cuyo cuerpo fue hallado recientemente. La indignación creció por la falta de resultados, a pesar de que la desaparición ocurrió en la zona Pronaf, un área con vigilancia mediante cámaras del Centro de Respuesta Inmediata (CERI), de las que aún no se ha informado si aportaron evidencia relevante.
Ese mismo día fue localizada sin vida otra mujer en una capilla, mientras que semanas antes fue asesinada Tania, una mujer trans, sumándose a la lista de víctimas en una ciudad marcada por la violencia contra las mujeres.
Las manifestantes denunciaron la inacción de las autoridades y el silencio institucional, así como la impunidad que persiste incluso en zonas con vigilancia. Señalaron que estas movilizaciones no se limitan al 8 de marzo, sino que se reactivan cada vez que ocurre un nuevo crimen.
Durante la manifestación, se colocaron cruces rosas, pancartas negras y se escucharon consignas en memoria de las víctimas. Las asistentes destacaron que la violencia afecta de manera particular a mujeres migrantes, racializadas, trans y trabajadoras sexuales, pero también advirtieron que ni siquiera las mujeres con privilegios están a salvo.
La cercanía con Estados Unidos, señalaron, no representa una garantía de seguridad, y advirtieron sobre los riesgos de trata de personas y desapariciones en un contexto donde el Estado mexicano no ofrece respuestas eficaces.
Según datos de la Fiscalía de la Mujer, en abril de 2025 fueron asesinadas siete mujeres en Ciudad Juárez, pero solo un caso fue clasificado como feminicidio. A nivel nacional, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró 52 feminicidios en el mismo periodo.