Mar. Jul 15th, 2025

COLUMNA: Viernes de branding, marketing, publicidad y relaciones públicas con perspectiva de género*

Por Redacción Jul4,2025 #Opinión

Una nueva inseguridad destapada: El techo de cemento

Por Susana Berenice Vidrio Barón**

En artículos pasados, hemos hablado del síndrome del impostor, del techo de cristal y de la falta de oportunidades de crecimiento y movilidad hacia puestos de toma de decisiones en los corporativos y empresas latinoamericanas. Parece de repente, una insistencia y necedad de traer a colación temas que parecen más que atendidos en las agendas de las empresas que son socialmente responsables.

La verdad práctica y cotidiana es otra. La invisibilidad de los logros conseguidos por las mujeres en puestos de gerencia, de liderazgo o jefaturas, se ve minimizada, obstaculizada y evadida constantemente. Esto, a la luz de las recientes publicaciones que agregan un componente importante en el fenómeno del desempeño de las mujeres en los trabajos y sobre todo en las industrias -reino aparente de los hombres muy alfas- que se entiende como el “techo de cemento” (Velázquez-Rojas y Camarena-Adame, 2017).

Este techo de cemento, es una nueva forma de autosaboteo que presentan las mujeres cuyo trabajo ha pasado pruebas rigurosas, que han demostrado que tienen la capacidad de estar en un puesto de importancia pero que, al verse en la necesidad de evaluar si está preparada para aceptar una promoción, encuentra en su vida, su apreciación de sus posibilidades y el miedo o inseguridad que presenta el salir de una zona de confort a un lugar con más responsabilidades y retos, un obstáculo en el hecho de ser mujer y tener que conciliar los roles hogareños con los laborales.

A diferencia del techo de cristal, este nuevo techo, es más autoimpuesto y tiene que ver con la autopercepción que tiene la gerente, empresaria, jefa u otro nivel de liderazgo de su propio desempeño y capacidades.

En definitiva, como se reporta en la literatura, las mujeres son mucho más autoexigentes y severas con sus apreciaciones de su productividad y se auto perciben como menos competitivas que sus contrapartes masculinas.

Muchas de las veces, ni siquiera están conscientes de esta situación y estos techos son más difíciles de superar. Estos límites, se los pone la misma mujer, y esto se extrapola también a las empresas, prefieren las mujeres tener o estar a cargo de una microempresa que de un corporativo por la flexibilidad que les ofrece para compaginar sus roles de ama de casa con los de empresaria (Saavedra García, 2020).

¿Cómo atender esta problemática? Simple… ¡Creyéndonosla! Cacarear el huevo como decimos en el área de la mercadotecnia, ¡si pones el huevo, cacaréalo!

En esta era contemporánea en donde las redes sociales le dan un nuevo significado al proceso de formación identitaria, deberían de suponer estas una herramienta eficiente -siempre y cuando se basen en una cuidadosa estrategia de branding personal- para a autopromoción y establecimiento de un posicionamiento de liderazgo individual.

Pero para esto, primero debemos hacer un análisis y revisión de nuestros logros: tarea titánica para quien sufre del “síndrome del auto boicot” (D’Adamo, 2018). No ser tan auto exigentes, entender y darle la magnitud que se merecen a nuestros logros, describirlos y dimensionarlos desde un punto de vista más amable y menos crítico.

Es momento de entender que, al parecer, en gran medida las mismas mujeres somos las que obstaculizamos en trabajo propio -y cabe decirlo, de otras mujeres- en el campo laboral.

Hay que reconocer nuestros propios logros, favorecer la sororidad dentro de las empresas y mejorar este entendimiento social de lo que se espera de nosotras en términos de roles y resultados. No debemos tener mejores resultados que los hombres, simplemente tenemos la consigna de hacer nuestro mejor esfuerzo y de entender que, nuestras aportaciones son de valor. Tenemos la tarea de reconocer esos esfuerzos que se hacen desde lo individual, al hacerlo, se genera una cadena de apreciación que es la que debería cimentar nuestra identidad personal.

Referencias

D’Adamo, O. (2018). Entre los techos de cristal y cemento y las autoexigencias. MÁS PDDER LOCAL. El comsultor, 26-27.

Saavedra García, M. L. (2020). LA COMPETITIVIDAD EN MIPYMES DIRIGIDAS POR MUJERES EN LA CIUDAD DE MÉXICO. Ciencias Administrativas, 51-64.

Velázquez-Rojas, K. G., y Camarena-Adame, M. E. (2017). Estereotipos de género y el techo de cemento en la empresaria mexicana. Ciencias Administrativas. Teoría y Praxis, 224-236.

*Esta columna es desarrollada por integrantes del UCOL-CA59 La mercadotecnia y su relación con las ciencias sociales, adscrito a la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad de Colima.

**PTC – Facultad de Mercadotecnia – SNII 1 – Líder del UCOL-CA59

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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