Por Gerardo Álvarez Madrigal[*]
En este artículo hablaré sobre los desafíos que enfrentan los estudiantes con relación a su nivel de aprendizaje debido a factores como el estatus económico, o fenómenos como la movilidad social, que afectan a algunas poblaciones, marginándolas aún más; también, de los resultados obtenidos en pruebas como PLANEA (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes), que demuestran los bajos niveles de aprendizaje en alumnos de estados con altos índices de pobreza.
La desigualdad educativa en México se presenta con relación al nivel socioeconómico de cada estudiante, de ahí depende, en alguna medida, el nivel académico de cada uno. Por ello, la desigualdad consiste en la manera en que las personas con un menor nivel socioeconómico son denigradas con una educación de muy baja calidad, al contrario de los de mejor estatus económico, aunque esto no es el de todo comprobable (Valenti, 2018).
Aspectos significativos como la cultura, religión y sobre todo clase social, determinan esta falta de equidad educativa. La equidad quiere decir que debe existir una igualdad de oportunidades en todas las personas, sin importar clase social o cualquier otro aspecto.
Los desafíos de la desigualdad y de la equidad en Colima, como en otros estados, son bastantes; se ha dicho que existe una mejoría, pero las pruebas que hacía el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) demuestran lo contrario: niños de sexto de primaria, por ejemplo, tienen desempeños muy bajos en matemáticas y español, y no sólo en primaria. En el bachillerato los niveles de comprensión lectora son muy bajos y esto es algo preocupante, ya que el promedio de libros leídos por habitante en nuestro país ronda los 2.9 por año (CENEVAL, 2017).
En mi experiencia, los resultados de PLANEA (2017) demuestran el bajo nivel de todo el país, sobre todo en entidades con alta concentración de personas indígenas. Por ejemplo, en PLANEA (2015), entre el 75 y 80% de los aprendizajes son explicados por las características socioeconómicas de estas personas.
En el año 2017, alumnos del tercer grado de secundaria obtuvieron en la PLANEA resultados muy desfavorables en las áreas de matemáticas y lenguaje y comunicación: más del 50% de los estudiantes estuvieron en el nivel I, lo que representa índices deplorables de la calidad educativa en México (PLANEA, 2017).
Los estados marginados son los menos favorecidos en resultados del aprendizaje, por ejemplo, Guerrero, Michoacán, Chiapas y Oaxaca obtuvieron los puntajes más bajos en las pruebas, siendo ellos donde hay más concentración de personas indígenas o de bajos recursos (PLANEA, 2017).
Lo anterior no sólo depende del nivel socioeconómico, según Solís, (2018) también influye el turno, subsistema, modalidad y espacio geográfico, independientemente de proceder de escuela pública o privada, ya que los resultados, como dice Solís, no deben basarse sólo en el promedio de aprovechamiento de los estudiantes, sino que deben considerarse algunos tipos de varianza, como la desigualdad de aprendizaje y probabilidades de progresión escolar.
Este conjunto de factores establece condiciones favorables o no favorables a los estudiantes que les permite o les limita a desarrollar capacidades de aprendizaje. En concordancia con Blanco (2018), el nivel de aprendizaje se ve más afectado por el promedio del nivel socioeconómico de la escuela en conjunto, más que por el propio nivel del estudiante, ya que las escuelas son catalogadas en conjunto y no por alumnos que puedan sobresalir, dejando así fuera a alumnos destacados y creando condiciones desfavorables al estudiantado.
Por otro lado, los problemas en la movilidad social influyen en la desigualdad educativa de nuestro país. El nivel económico de cada persona al nacer depende de los padres, pero el nivel de desarrollo que una persona alcanza en edad adulta depende en gran mayoría de donde proviene. En particular estoy en desacuerdo en que “si naces pobre no tienes la culpa, pero si mueres pobre, sí”; algunas veces la misma sociedad te pone límites para desarrollarte en ámbitos que tienes la capacidad de lograrlo, pero no te dan la oportunidad de demostrarlo; en razón de tus relaciones personales puedes conseguir un buen empleo sin la necesidad de ser una mente brillante como se esperaría, estos límites van creciendo y hacen menos a personas que por no tener “grandes relaciones” no consiguen colocarse en buen lugar de trabajo.
Puede afirmarse que la movilidad social es un desafío titánico ya que si provienes de zonas marginadas difícilmente lograrás superarte. Mazumder (2005) establece que las razones que justifican la movilidad social es que conceptualmente la capacidad del ingreso laboral, habilidades o esfuerzo no pueden transferirse de padres a hijos como una herencia o activo, con eso se podría justificar un poco este cambio que se da en el nivel económico de las personas.
En general, la movilidad social tiene una estrecha relación con la cohesión social, ya que si perteneces a una sociedad marginada por el color de piel, etnia, entorno físico, económico o social estás en cierta desventaja con personas de un nivel económico alto o favorecido ya que en la sociedad en la que vivimos te catalogan desde cómo te vistes más que por lo que sabes o puedes desarrollar; en el mismo sentido, tus capacidades están limitadas a con quién te relacionas más que por tus conocimientos.
En México, durante varios años el producto interno bruto (PIB) tuvo un pequeño incremento. La tasa de crecimiento anual del PIB en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se ubicó en promedio alrededor de 2.1%. Pero la desigualdad económica aumentó en vez de disminuir. Solo en el caso de 1930 a 1980 la desigualdad disminuyó un poco y hubo un crecimiento económico más vigoroso, pero esto en la actualidad va empeorando y afectando la educación (CEEY, 2018).
Nociones elaboradas de cohesión social, como la de la OCDE (2011), incorporan a la movilidad social como uno de sus componentes y agregan elementos como inclusión y capital social. En esto se plantea que no por pertenecer a una sociedad marginada en relación a su cultura no puedes desarrollarte en ámbitos con predominio de personas de mejor estatus económico.
En conclusión, podría decir que sí, el nivel económico de un estudiante influye mucho en el nivel de aprendizaje, presentándose factores que van desde la escuela, hasta el nivel de estudios de los padres, parámetros muy relacionados con los resultados de las pruebas. Las condiciones de vida, los puntajes obtenidos en pruebas, las relaciones que puedas lograr, el lugar donde estudias, y sobre todo la calidad de la escuela, se relacionan con el nivel de aprendizaje que tienes y puedas alcanzar. Será necesario enfatizar en los estados con mayor índice de pobreza, pues los resultados señalan está relación entre el desarrollo social y la educación, así, es momento de exigir a las autoridades que mejoren las condiciones para lograr una mejor calidad educativa.
Bibliografía
Blanco, E. (2018). Desigualdad, calidad y equidad en la educación. México. COMIE
CEEY. (2018). El México del 2018, movilidad social para el bienestar. México. CEEY
CENEVAL. (2017). Informe anual de resultados 2017. http://www.ceneval.edu.mx/documents/20182/116669/ICOMPU_2017.zip/0f88334a-1864-449c-b841-a4e800efa083
OCDE. (2011). Estudios económicos de la OCDE en México. http://www.oecd.org/centrodemexico/medios/archivos2011.htm
PLANEA. (2017). Planea, resultados nacionales 2017. http://planea.sep.gob.mx/ms/
Solís, P. (2018). Desigualdad, calidad y equidad en la educación. México. COMIE
Valenti, G. (2018). Desigualdad, calidad y equidad en la educación. México. COMIE
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