Opinión

COLUMNA: Ciencia y futuro

Conoce más de las mareas rojas 

Por Aramis Olivos Ortiz*

De los diversos procesos que ocurren diariamente en el océano, bajo ciertas condiciones destaca la acumulación de especies de microalgas (fitoplancton), algunas de ellas capaces de producir biotoxinas, que pueden desencadenar problemas en la salud animal, pesquerías, incluso salud humana. Comúnmente a estos eventos se les ha denominado como “mareas rojas” ya que suelen reflejar un color rojo-marrón en el agua de mar, sin embargo, el término adecuado para referirse a esto, según la Unesco, es Florecimientos Algales Nocivos (FAN).

Los FAN, además de efectos biológicos, afectan el valor estético y económico de la zona costera cuando se ve deteriorada la calidad ambiental por la muerte de los organismos silvestres o bajo cultivo. Por efecto de transferencia dentro de la cadena trófica, las toxinas pueden afectar a la salud humana ocasionando padecimientos gastrointestinales, problemas dermatológicos, respiratorios e incluso la muerte. El alcance de estos problemas a nivel mundial se ha documentado desde 1600, pero en México estos eventos comenzaron a tomar significancia desde 1979, cuando en la bahía de Mazatlán, Sinaloa, hubo casos de muerte de personas por la ingestión de mariscos contenidos de biotoxinas.

Hasta ahora se han reportado alrededor de 200 especies de fitoplancton capaces de producir biotoxinas y una de ellas, responsable de los fallecimientos en 1979, es Gymnodinium catenatum. Esta especie es un dinoflagelado que puede producir una neurotoxina de tipo paralizante (saxitoxina y análogos) y ha provocado FAN en el Pacífico mexicano y específicamente en el Alto Golfo de California. Estos FAN se han presentado de manera recurrente desde el 2015 y se han visto afectaciones económicas, ecológicas y de salud en ciertas regiones específicas, como en la bahía de San Felipe, Baja California.

Debido a que existe poco conocimiento sobre esta fenomenología, en colaboración con el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese) se realizó esta investigación, que fue la base para la tesis de Licenciatura en Oceanología de la estudiante de la Facultad de Ciencias Marinas, Andrea M. Ramírez Castillo, por lo cual decidimos caracterizar los cambios en la abundancia de G. catenatum en la bahía de San Felipe, Baja California.

Esto a fin de entender las condiciones que inducen a sus florecimientos en la región e identificar señales tempranas de su aparición, lo que ayudará a establecer planes de manejo y mitigación de la problemática para reducir su impacto negativo sobre diferentes sectores sociales y económicos de la zona.

De nuestra serie de tiempo analizada (diciembre 2017 a enero 2020), identificamos que la comunidad fitoplanctónica estuvo representada solo en un 5.9 % por dinoflagelados, como G. catenatum desde finales de otoño (noviembre) hasta principios de la primavera (marzo a principios de abril) en un rango de temperaturas entre 12°C a 19ºC, por lo que es probable que su fisiología está adaptada para que el crecimiento sea óptimo solo bajo estas circunstancias. Asimismo, aunque las interacciones bióticas que ocurren entre especies fitoplanctónicas son complejas y dinámicas, también son importantes considerarlas en el trabajo, pues pueden influir en el desarrollo y mantenimiento de los florecimientos.

Para constatar nuestros resultados in situ, mediante el uso de imágenes satelitales desde una página web de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), se extrajeron datos puntuales de clorofila del área de estudio ya que recientemente el uso de este parámetro, a través de sensores remotos ha sido una herramienta útil para detectar o monitorear florecimientos algales.

Debido a que las microalgas presentan como principal pigmento la clorofila-a, su acumulación y distribución en tiempo y espacio da como resultado cambios en la radiación detectada por satelitales y, por ejemplo, nuestros resultados mostraron una concentración de hasta 12 mg/m3 de clorofila-a que pudieran corresponder a los resultados de las acumulaciones celulares de G. catenatum.

De acuerdo a esto, concluimos que es importante tomar en cuenta las condiciones de temperaturas bajas, dinamismo sobre la columna de agua y altas concentraciones de clorofila-a en la zona, pues demostraron ser factores ambientales que determinan la presencia y distribución de G. catenatum en la bahía, y que esto puede significar un factor a considerar para posibles afectaciones ecológicas, económicas y de salud poblacional en la zona de estudio y a lo largo del Pacífico mexicano.

*Catedrático de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima.

*Texto realizado con la colaboración de Andrea Michelle Ramírez Castillo, estudiante de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima y Ernesto García Mendoza, investigador del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese).

aolivos@ucol.mx

 

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