COLUMNA: Ciencia y Futuro

Monitoreo del estado de salud de ecosistemas costeros
Dra. Julieta Hernández López*
El monitoreo del estado de salud de los ecosistemas en la zona costera mediante diversos indicadores ecológicos permite el uso y manejo adecuado de los recursos marinos y costeros, así como la conservación de la biodiversidad. Además, contribuye en la determinación de la capacidad que tienen los ecosistemas para soportar o adaptarse a las diversas presiones naturales y antropogénicas a las que son vulnerables.
Se estima que entre el 50 y el 60% de la población mundial vive en las zonas costeras y se espera que en los próximos años este valor alcance el 75% (UN, 2018; UNESCO, 2021). La zona costera es atractiva para los pobladores debido a las actividades económicas que en esta se realizan, principalmente turísticas, portuarias, petroleras, agrícolas e industriales. Por otra parte, la zona costera también alberga ecosistemas con un gran valor ecológico como bosques de manglar, praderas de pastos marinos, marismas y arrecifes de coral. La conjunción de estos 2 factores ha ocasionado diversos desastres ecológicos en incontables sistemas a nivel mundial, tales como la eutrofización, proceso que ocasiona la proliferación excesiva de algas fitoplanctónicas y a su vez la disminución de la calidad del agua de los sistemas acuáticos costeros, causado por el aporte excesivo de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo provenientes de descargas antropogénicas y de actividades agrícolas; la tala excesiva de bosques de manglar y praderas de pastos que causan erosión y destrucción de hábitats de especies y disminución de la biodiversidad; y la sobreexplotación de recursos.
Actualmente, la comunidad científica y diversas organizaciones mundiales están comprometidas con el uso de recursos a través de rutas sustentables y uno de los retos es el monitoreo de los índices que permitan evaluar el estado de salud de los ecosistemas.
En la Facultad de Ciencias Marinas, de la Universidad de Colima, se desarrollan proyectos que contribuyen en la determinación del estado de salud de diversos ecosistemas en la entidad. Recientemente, se publicó un artículo en el que se determinó, que el estado trófico de la laguna de Juluapan en Manzanillo, Colima, presentó condiciones de mesotróficas a eutróficas, es decir, bajas concentraciones de oxígeno y alta productividad de microalgas fitoplanctónicas, asociadas a altas concentraciones de nutrientes, provenientes principalmente a la actividad turística en la playa La Boquita en Manzanillo, Colima (para más información: https://www.mdpi.com/2077-1312/8/8/615). Además, se ha reportado la disminución de la densidad de corales en la zona arrecifal de La Boquita, y se ha propuesto la sedimentación de materiales provenientes de la laguna de Juluapan, como uno de los factores principales que contribuyen a la mortandad de corales y la disminución de la biodiversidad.
Lo anterior impulsó la implementación de monitoreos de indicadores que permitan evaluar el estado de salud actual de todo el sistema. En este sentido, se realizan mediciones in situ de variables fisicoquímicas, toma de muestra para análisis de contaminantes y obtención de información que permitirán calcular la abundancia, índices de diversidad y riqueza de especies en los diferentes ecosistemas; también se implementan el uso de modelos hidrológicos para determinar flujos de contaminantes en diversos escenarios. En conjunto, colaboramos con expertos en manejo costero, quienes contribuyen al análisis para buscar medidas de mitigación para reducir el impacto ambiental de las diferentes actividades antropogénicas. Cabe mencionar que en este proyecto se identifican y monitorean especies, que viven o dependen de estos ecosistemas y que se encuentran en cualquier categoría de riesgo.
El estudio y análisis de indicadores ecológicos se ha vuelto esencial para la generación de información en busca de la conservación de sistemas marinos y para que el uso de los recursos de dichos sistemas, por parte del sector productivo y de la población en general, sea sustentable. Además, se genera una línea base para implementar acciones en caso de fenómenos aislados tanto naturales como antropogénicos, como ciclones o descargas accidentales de contaminantes tóxicos para el medio marino. Como parte complementaria y que se considera fundamental en este tipo de proyectos, es la participación y la concientización ciudadana. Finalmente, la información obtenida de estos estudios contribuye a la base de datos a nivel nacional y mundial para comprender el funcionamiento de los ecosistemas, y así mismo, se atienden objetivos prioritarios en cuanto a la conservación, protección, uso y restauración de ecosistemas acuáticos.
*Profesora-Investigadora de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad de Colima
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.