Por Adalberto Carvajal
Helarte el corazón
¿Por qué España ha sido, en varias épocas tanto como ahora, uno de los epicentros de la derecha mundial?, pregunta Rafael Barajas El Fisgón.
“Seguramente, porque hemos retrasado mucho nuestro desarrollo”, responde Juan Carlos Monedero.
En entrevista con los conductores de El Chamuco TV, uno de los fundadores del partido Podemos en España amplía el comentario:
“Le pidieron al historiador Ramón Carande que definiera España en dos palabras, y dijo: ‘Demasiados retrocesos’.
“Si uno mira la historia de mi país, te encuentras con que, cuando se empieza a desarrollar un movimiento urbano moderno en las comunidades de Castilla o las germanías en el Levante, viene Carlos I y los aplasta; cuando empieza el movimiento emancipador de la Reforma protestante, España encabeza la contrarreforma; cuando se pone en marcha la Revolución Francesa, Manuel Godoy hace un cordón sanitario para que no entren esas ideas nauseabundas; cuando de repente los liberales empiezan a levantar cabeza, Fernando VII los fusila en las costas de Cádiz; cuando se recupera ese proceso liberal, vienen las guerras carlistas; y cuando arranca la Segunda República, sobreviene el franquismo.
“Es una pelea que Antonio Machado describe en los versos: ‘Españolito que vienes /al mundo te guarde Dios. /Una de las dos Españas /ha de helarte el corazón.’ Es ese duelo a garrotazos de Goya, donde hay dos tipos enterrados en la arena y dos pares de condenados. O la exclamación de Mariano José de Larra cuando, paseándose por un cementerio el día de difuntos, al ver una lápida exclama: ‘Aquí yace media España; /murió de la otra media.’ No es que haya habido dos Españas enfrentadas, sino que ha habido una sola España minoritaria enfrentada con el grueso de España, pero es una España minoritaria muy poderosa.”
Al mando de las fuerzas
El politólogo y profesor universitario, señala que en México no terminamos de entender la figura de el Rey. No es sólo la cuestión de la autocracia, “Brasil es una República pero tienen a Bolsonaro y no sé qué es peor”.
Todo se remonta al Siglo XIX cuando las élites españolas articularon, en torno a la figura del Rey, más facultades de las que tenía antes. Luego, en la Constitución de 1876 Antonio Cánovas del Castillo retomará una idea de la Constitución de Ramón María Narváez de 30 años atrás:
“Justo cuando están los conatos del liberalismo en España queriendo hacer una constitución con derechos, Narváez, apoyado en las ideas de (Juan) Donoso Cortés, implanta el doctrinario católico con la teología del sable que siempre ha articulado a la extrema derecha en España y en todo el mundo.
“En esa constitución de 1876, Cánovas establece que el Rey tiene el mando de las fuerzas armadas. Y en la vigente constitución de 1978, vuelve a escribirse que el mando de las fuerzas armadas lo tiene el Rey.
“Cuando los liberales españoles estaban planteando tener derechos, Narváez con Donoso Cortés les vino a decir: no, ser español es sentir España. Por eso, Madrid está lleno de banderas de España por las navidades. La derecha te quiere dar banderas al tiempo que están cerrando los hospitales públicos o la atención primaria.”
El reino franquista
Durante la transición española, el Rey fue inicialmente una figura respetada por la derecha y por la izquerda. Se le veía como un factor de estabilidad, pero ese Juan Carlos de Borbón abdicó en medio de muchos escándalos de corrupción. Ahora, con Felipe VI en el trono, ¿cómo se ve al Rey?, pregunta el monero (José) Hernández en la emisión del 19 de diciembre de 2021 del programa que conduce con (Rafael Pineda) Rapé y El Fisgón en Canal 22, el cual transmiten también el Once y TV UNAM.
“Vale recordar que el franquismo fue un reino –señala Monedero–. Franco dio golpe de Estado en nombre de la República, pero como mera argumentación. Sobre la marcha cambia porque necesitaba aglutinar fuerzas desde otro principio, y asume el estandarte borbónico. Arriando la bandera republicana, en 1947 España vuelve a ser un reino. En el año 69, el Caudillo nombra al príncipe Juan Carlos su sucesor a título de rey.
“También cabe considerar que, en la historia de España, la monarquía no es solamente el Rey, sino que desde el Siglo XIX en las constituciones (sobre todo la de Cánovas) es dueño de las fuerzas armadas, que hacen y deshacen. Ya esa es una constitución bipartidista, el Rey articula a Cánovas y Sagasta, es decir a conservadores y liberales. Y es una constitución centralista, es decir, rompe con la idea de una España multinacional.
“Fue entonces que se colocaron en el parlamento español los cuadros de los visigodos, como si viniéramos de ese linaje. En el Congreso de los Diputados está el retrato de Alarico II que nunca pisó la península ibérica, pero no está Mohamed XII, mejor conocido como Boabdil, el último rey moro. Es una construcción mítica para intentar emparentar a los borbones con Don Pelayo (quien dejó Toledo para establecerse en Asturias cuando comenzó la invasión musulmana, y ocho siglos después será la figura que legitime la reconquista cristiana de la península ibérica).
“La Constitución de 1978 ratifica esos elementos: el Rey, las fuerzas armadas, el centralismo, el bipartidismo y el capitalismo clientelar en el entorno de la corte. Y los combina con un factor típico de mi país: la unión Iglesia y Estado. En la novela breve Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender, se ve la esencia del papel de la iglesia en España”, expone Juan Carlos Monedero.
El entorno del Rey
“Al morir el Caudillo, nos acostamos franquistas y nos levantamos demócratas. Viene Juan Carlos pero era un Rey sin legitimidad. Y entonces ocurre una cosa mágica: el entorno del Rey, con la aquiescencia del Rey, da un golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.
“El 23-F, mientras Antonio Tejero irrumpe en el Congreso de los Diputados (para impedir que se votara la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del gobierno, en sustitución de Adolfo Suárez), quien está en las calles de Valencia es el padrino del rey Juan Carlos en el ejército: (el teniente general Jaime) Milans del Bosch.
“Y quien organiza la base que iba a sustituir al gobierno, como segundo jefe del estado mayor del ejército español, es Alfonso Armada, otrora jefe de la Casa Real y antes de eso preceptor del entonces Príncipe de España.
“A Juan Carlos se le construyó la imagen del Rey que salvó la democracia, con la mentira de los medios de comunicación que siempre habían ocultado lo que ahora sabemos que es: un piernas, un depredador sexual, muy amigo de lo ajeno. Con la connivencia de los medios de comunicación, durante 40 años mucha gente se acostumbró a ver en la figura del Rey esa imagen de estabilidad. Y las élites encantadas de que el pueblo no viera en el monarca al capitalismo clientelar, al centralismo, a la unión con la Iglesia y el militarismo, sino a la persona que nos salvó. Es verdad que las dictaduras son depredadoras de las ideas y te dejan desmochado, sin mucho pensamiento crítico.
“En las primeras elecciones, la de 1977, se prohíbe que se presenten partidos que se llamen republicanos. En esas mismas elecciones al Rey se le concede que, por prerrogativa real, nombre a 42 senadores al margen de las votaciones, para garantizar que si las elecciones no fueran bien para la corona Juan Carlos pudiera controlar desde el Senado la constitución. La monarquía es una maldita farsa. Pero, claro, si durante tanto tiempo te han estado contando una mentira, al final te la crees”, sentencia Monedero.
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