COLUMNA: Tejabán

Centenarios
Por Carlos Ramírez Vuelvas
En el 2021, se cumplieron 100 años del nacimiento del maestro Jorge Chávez Carrillo. Fue un momento especial para recordar los aportes de nuestro pintor a la cultura regional, desde los trazos gruesos de sus óleos hasta sus acciones para fomentar el arte público y la fundación de instituciones culturales.
El programa de actividades, coordinado por la Pinacoteca Universitaria, se coronó con la exposición Centenario, de Jorge Chávez Carrillo, que permitió recordar la obra del artista.
El evento estuvo acompañado de un nutrido programa de conferencias, la proyección de un documental y un par de mesas de trabajo, que derivaron en otro homenaje: la exposición “Fisonomías. Narrativas de vida”, del maestro Francisco Vázquez, alumno y amigo de Chávez Carrillo, también creador del mural que se exhibe, desde el año pasado, majestuoso y restaurado, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
En 2023, dos centenarios despliegan una agenda cultural singular. El primero, el del maestro Alejando Rangel Hidalgo, entrañable por todas y todos nosotros. Desde el año pasado, la Dirección General de Difusión Cultural y el Instituto Universitario de Bellas Artes realizaron una emisión especial del Festival “In Memoria J. Jesús Frausto López”, recordando al maestro Rangel Hidalgo y su amistad con el compositor michoacano Miguel Bernal Jiménez.
En el programa del evento se recrearon los conciertos diseñados por ambos maestros, y se recuperaron los vestuarios rangelianos para el Coro de Niños Cantores de la Universidad de Colima, creado por los maestros Jesús Frausto López y Alejandro Rangel Hidalgo a la manera del coro fundado en Morelia por Miguel Bernal Jiménez.
Ese festival fue el inicio de las actividades universitarias para honrar la memoria de Rangel. En febrero de este año, el Museo Universitario “Alejandro Rangel Hidalgo” organizó la Kermés Jamaica 1900, con la que revivió los festejos que el mismo Alejandro Rangel celebraba en la comunidad de Nogueras, en Comala, profundamente identificada con las labores del artista.
Poco después, la Subsecretaría de Cultura del Gobierno del estado inauguró una exposición itinerante (que se ha presentado en varios municipios y en la Ciudad de México) con los trabajos que, desde hace años, alumnos y profesores ejecutan con técnicas rangelianas.
Además, fue una maravillosa sorpresa presenciar el inicio de la temporada del Ballet Folcklórico de la Universidad de Colima con una nueva producción que, con ciertos matices, buscar recrear los vestuarios, los ambientes y las atmósferas rangelianas, que ahora mismo participan del homenaje al creador de la cromática colimense moderna.
Por otra parte, hace una semana ya, la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima también convocó a dependencias e instituciones para celebrar el centenario de Alberto Isaac, el gran realizador, artista plástico y deportista colimense.
Con presentaciones de libros, proyección de películas y reflexiones, se evocó la vida y obra del realizador de El rincón de las vírgenes. Parte del programa fue replicado por la Subsecretaría de Cultura del Gobierno del estado, en la Casa de la Cultura y en el Complejo Cultural “Adolfo Mexiac”.
También se cumplen 110 años del nacimiento de Griselda Álvarez. Se percibe en el ambiente la gestación de algunas conferencias, el planteamiento de proyectos y el compromiso de difundir y fomentar su obra literaria.
Es claro que la historia de las culturas se cumplen los hechos de las mujeres y los hombres. Incluso, más allá de las fechas, las obras permanecen con la templada sabiduría de quien se adapta a los tiempos. El paisaje tropical de Chávez Carrillo, las líneas precisas de Alejandro Rangel, la mirada profunda, divertida y vigorosa de Alberto Isaac, o la vanguardia cultural del pensamiento de Griselda Álvarez, se han adaptado a los tiempos que pasan, y siguen sorprendiendo a jóvenes y grandes con su esplendor.
Qué generación tan fascinante la de que aquellas mujeres y aquellos hombres, que podrían rubricar con sus firmas el siglo XX. Lo pienso así, y reflexiono como el clásico: todo pasado fue mejor; pero miro sus obras y miro el presente con una pasión renovada. Muchas gracias a la maestra y muchas gracias a los grandes maestros.