Opinión

EDITORIAL: Aumento a la educación superior

En representación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Jaime Valls Esponda, secretario ejecutivo, solicitó a la Cámara de Diputados durante la celebración de un parlamento abierto, una ampliación presupuestal de 4,920 millones de pesos para el año 2022.

A los diputados, según reportó el periódico Reforma, la ANUIES les demandó en el análisis del proyecto de presupuesto para el siguiente ejercicio fiscal, 1,915 millones de pesos de aumento al sector de la educación superior, para poder atender aspectos tan importantes como la ampliación de la oferta educativa.

En esa reunión, Valls Esponda también solicitó a los legisladores un aumento de más de 3 mil millones de pesos para fondos extraordinarios, de los cuales 2,200 millones serían destinados a la atención de problemas estructurales que sufren las universidades.

De aprobarse esas solicitudes, es importante señalar que las universidades e instituciones de educación superior podrán estar en condiciones de remontar el actual rezago educativo nacional y regional, que de acuerdo con todos los diagnósticos y proyecciones, es uno de los mayores riegos que se debe enfrentar porque hay una cantidad importante de jóvenes mexicanos que por diversas circunstancias, especialmente económicas, ven limitado su acceso a la educación superior.

Además, esos recursos también pueden ayudar a las universidades a aumentar la actual cobertura que en estos momentos se ubica en el 42% a nivel nacional. Esa cifra, por supuesto, está muy alejada de del 50% en el Plan Sectorial y 7% inferior al promedio de América Latina.

En México, explicó Valls a los diputados federales, de cada 100 jóvenes de familias que se encuentran en los primeros 4 deciles -las más pobres-, 28 tienen acceso a la educación superior, mientras que la media para los últimos 4 deciles -los más ricos- es de 77%.

Y es que si las anteriores cifras y estadísticas no justifican ampliamente la solicitud de aumento al presupuesto educativo, hay que tener, entonces, muy presente otro dato que el secretario general de la ANUIES expuso en esa reunión: en los últimos 7 años, el presupuesto de las instituciones de educación superior se ha deteriorado, porque para calcularlo se aplica la inflación estimada y no la registrada, lo que ha generado un déficit acumulado de más de 24 mil millones de pesos.

En el caso de la matrícula que atienden las instituciones de educación superior, tampoco ha habido una corresponsabilidad desde el Estado, porque ese rubro aumentó un 19.6%, mientras que las universidades han sufrido una reducción presupuestal del 9.8%.

Todos esos factores impactan en la operación y salud financiera de las instituciones de educación superior, la mayoría de las cuales sortean o enfrentan graves problemas financieros ocasionados, por ejemplo, por la falta de aportación de los recursos que los gobiernos estatales deben hacer a las universidades.

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