EDITORIAL: Olimpia Coral

A la fecha, el entorno digital se ha instalado en todas y cada una de las actividades importantes o insignificantes de una gran parte de la sociedad que permanece interconectada casi las 24 horas del día. En ese contexto, la y las violencias tienen una constante presencia que nos lastima y nos vuelve extremadamente vulnerables.
Los casos de acoso cibernético rompen de manera decidida los entornos pacíficos que se deberían generar gracias a las nuevas tecnologías. Ello vulnera los derechos de las mujeres y pone en verdadero peligro a menores de edad, especialmente a las niñas.
Por eso es tan importante que instituciones de prestigio como nuestra Universidad de Colima procure espacios para conocer casos como el de la activista Olimpia Coral Melo Cruz, impulsora de la llamada Ley Olimpia.
Ante una nutrida audiencia que por mediación tecnológica participó en su conferencia “Inclusión digital y prevención de la violencia de género”, Olimpia Coral, de forma lúcida, honesta y emotiva, explicó su caso y ofreció sugerencias de qué hacer y cómo actuar durante un acoso cibernético.
La activista empezó asegurando que mucha de la violencia o actos violentos que persisten en los espacios físicos, también ocurren en los espacios online, pues la violencia digital es una extensión de la violencia sistémica que se vive en otros espacios comunes, solamente que en el ciberespacio se agravan o perpetúan al dañar la privacidad, seguridad, intimidad y la vida digna de las personas. La conclusión es que lo virtual existe y es real, afecta a mujeres, pero también a hombres.
En el entorno digital se violan derechos humanos y su impacto en ellas y ellos es igual o peor de dañina que en el físico. Olimpia Coral lo explicó al señalar que “la violencia digital es una extensión de la violencia sistémica que se vive en otros espacios comunes; son aquellos actos agravados, perpetuados a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”.
Ante ese “monstruo digital”, las defensas inmediatas para las víctimas son iniciativas como la llamada Ley Olimpia contra la violencia digital, la cual surgió a raíz de la difusión y viralización de un video de contenido sexual que Olimpia Coral no autorizó su difusión por la web y redes sociales. Fue expuesta, sufrió agresiones, incluso al querer denunciar. El suicidio fue una opción que, por fortuna, no llegó.
La vigencia de la Ley Olimpia en México no significa que todas y todos podamos navegar seguros por Internet. El peligro y la violencia permanecen, solamente se ha dado un paso para lograr justicia y castigo a esos agresores que son iguales en lo digital que en lo físico.