EDITORIAL: Ucrania resiste

Un mes después de haber iniciado la invasión rusa contra Ucrania, el saldo es devastador: Naciones Unidas considera que más de 900 civiles han muerto, aunque esa cifra la asume como subestimada. Hay, también, unos 3.5 millones de refugiados y más de 6.5 millones de desplazados internos en un éxodo marcado por los bombardeos incesantes. Es el horror de la guerra que ha vuelto a sentirse en Europa.
Los corresponsales desplazados por toda Ucrania dan cuenta de ciudades arrasadas, barridas hasta casi los cimientos. Se han documentado bombardeos en hospitales, escuelas, centros comerciales y áreas civiles, además de infraestructura militar. La respuesta a ese potencial destructivo es una feroz contraofensiva de las fuerzas ucranianas en la que participan no solos soldados, sino también civiles y milicianos extranjeros. La consigna del Gobierno de Kiev es resistir, mantenerse en sus posiciones a toda costa, esperando que la presión internacional, sanciones económicas incluidas, haga desistir a Vladímir Putin.
Sin embargo, el mayor conflicto bélico en territorio europeo desde la guerra de los Balcanes parece estancarse. Quienes adelantaban una rápida victoria de Moscú, se han equivocado. Desde el 24 de febrero, los rusos han atacado casi todo el territorio de Ucrania: desde Járkov, en el noreste y segunda ciudad del país, hasta Leópolis, prácticamente a las puertas del territorio de la OTAN. En la zona de la costa del mar Negro y el mar de Azov, Moscú se ha hecho con ciudades como Jersón y Melitopol, pero no ha conseguido doblegar la resistencia de la castigada Mariúpol y tomar la simbólica Odesa.
Ahora, Rusia parece estar echando mano de la “estrategia siria”, dejando el peso del avance terrestre al éxito de los bombardeos aéreos y de la artillería pesada, lo que incluye la utilización de misiles hipersónicos, bombas de racimo y armas termobáricas. El objetivo parece ser causar la mayor destrucción posible y con ello minar la moral de la población.
Frente a ello, hay que insistir, Ucrania resiste frenando a los tanques enemigos gracias al terreno, volando puentes, carreteras y caminos; haciendo muy eficiente sus defensas antiaéreas, aplicándose a fondo en la guerra cibernética y logrando que el país se una a la misma causa: resistir y echar al invasor. Tal es el éxito de esa estrategia que Estados Unidos ha reportado que, en algunas zonas, Kiev comienza a recuperar territorio. Veremos.