El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó ceder en su reforma para elegir por voto popular a jueces y a la Suprema Corte pese a que la mandataria electa, Claudia Sheinbaum, prometió una “consulta amplia”.
López Obrador aceptó posibles cambios en su reforma al Poder Judicial, que se discutirá a partir del 1 de septiembre en el próximo Congreso, cuando la alianza del oficialismo recupere su “supermayoría”, pero advirtió de que “un asunto que es esencial es la elección de los jueces, que el pueblo los elija”.
“Sí (puede haber cambios). Lo que yo sí creo que debe sostenerse es que sea el pueblo el que los elija porque es un principio, así no van a sentir comprometidos, o sea, no van a ser empleados de particulares ni de las cúpulas del poder económico o político, van a tener como jefe al pueblo”, indicó en su conferencia matutina.
Sus declaraciones contrastan con las de Sheinbaum, quien el lunes aseguró en una conferencia que acordó en su reunión con López Obrador hacer una “discusión muy amplia” sobre la reforma que involucre a colegios de abogados, escuelas de Derecho, trabajadores del Poder Judicial y jueces actuales.
La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (Jufed), que engloba a más de 1,600 juristas, aceptó este martes el diálogo.
Pero, a pregunta expresa, el presidente consideró irreductible el aspecto más polémico de la reforma, el elegir en las urnas a los jueces, a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y a los ministros de la Suprema Corte.
“Para nosotros sí (es irreductible). Nada más es aclararle muchas cosas a jueces, a magistrados y a ministros. Ayer me gustó mucho porque hablaron de que aceptaban participar en el diálogo y en el debate, y eso es bueno, porque no se está excluyendo a nadie, a ningún juez”, expresó.
El mandatario pidió “que se sometan al escrutinio público” porque si “el juez ha hecho bien su trabajo y va de candidato, la gente lo va a apoyar”.
Otros temas que contempla la reforma, que López Obrador se dijo dispuesto a negociar, es la reducción de los ministros en la Suprema Corte, que pasarían de 11 a 9, y el reemplazo del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) con un Tribunal de Disciplina Judicial.
Esta es la iniciativa del Gobierno que mayor nerviosismo causa en los mercados, donde la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) cayó un 3.99% y el peso mexicano se depreció más del 8% la semana pasada tras los resultados de las elecciones del 2 de junio.