La secretaria de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, Alicia Bárcena, conmemoró este jueves los 85 años de la llegada del exilio republicano tras la guerra civil española, momento que, según subrayó, “unió” a ambos países para “no separarlos jamás”.
“Hoy celebramos este momento en el que la historia nos unió hace 85 años para no separarnos jamás”, aseguró en una ceremonia en el edificio del Gobierno de la Ciudad de México, para rememorar la llegada del buque Sinaia.
Fue la primera de numerosas embarcaciones que trajeron a refugiados españoles a las costas de Veracruz, estado del Golfo de México.
“Zarpó de Francia para una travesía de 19 días y lo más interesante es que en él abordaron 1,598 españoles y españolas, pero llegaron 1,599 porque hubo una persona maravillosa que nació en el Atlántico”, explicó.
La canciller situó en la llegada del éxodo republicano el momento en que México “aprendió a ser un país asilante”.
Esta actitud no fue “una decisión discrecional de la autoridad”, sino “una voluntad fraterna de todo un pueblo” canalizada a través del entonces presidente Lázaro Cárdenas, quien destacó por su “voluntad humanista”.
La directora general de Memoria Histórica del Gobierno español, Zoraida Hijosa, agradeció al exmandatario mexicano que, “en un tiempo marcado por el auge del fascismo”, mantuviese el reconocimiento a la Segunda República.
“El exilio español en México y todos los exilios que llegaron después encontraron un país de refugio, una casa, apoyo, solidaridad y la posibilidad de progreso”, reconoció.
Bárcena vinculó el anhelo de una “república de iguales” y su “aspiración transformadora” que perduró en tierras mexicanas con “el rostro que México ha decidido darse”.
“Un rostro donde España juega un papel fundamental”, sentenció.
El evento contó con la intervención del exjefe de Gobierno del antiguo Distrito Federal e hijo de Cárdenas, Cuauhtémoc Cárdenas, quien recordó que, en el Salón de Cabildos del edificio del Ejecutivo municipal, “se reinstalaron las Cortes legítimas de España en 1945”.
Valoró que las autoridades encabezadas por su padre recibieran al exilio por un “acto humanista” y en cumplimiento “estricto” de los compromisos internacionales.
Aunque apostilló: “Cosas que, a lo largo de la historia, vemos frecuentemente que se dejan de cumplir (…) siempre en contra de los más débiles”.
La República, “reflejo” del cardenismo
El jefe de Gobierno capitalino, Martí Batres, comentó que, “tal vez”, el presidente Cárdenas vio en la Segunda República española el “reflejo” de su visión del Mundo.
“Vio tal vez ahí reflejados lo mejor del liberalismo de la reforma de (expresidente Benito) Juárez y, también, lo mejor del programa social de la Revolución Mexicana”, enumeró.
Y vinculó el movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Cuarta Transformación, con estos dos gobiernos, con los que se identifica “profundamente”.
“Advertimos al mundo, también, sobre los graves riesgos de autoritarismo, pérdida de derechos y libertades y de protección social que entrañan las derechas en el mundo”, añadió.
Cárdenas deseó que no existan más guerras ni exilios, aunque, de continuar, exigió replicar la actitud de México con el éxodo español.
“Ojalá que aquellos que haya pudieran ser acogidos como los acogió México en aquellos años de los 30, los 40 y los 50”, concluyó.