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Pide la hija de Julio Scherer regresar al periodismo de antaño

Por EFE Jun22,2024 #periodismo
Son confesiones de María Scherer, hija del respetado cronista

Julio Scherer, tal vez el mejor periodista mexicano en la segunda mitad del siglo XX, fue un buen nadador no profesional, que miraba a los ojos de sus entrevistados y le aburría hablar de sí mismo.

Son confesiones de María Scherer, hija del respetado cronista, quien extraña los reportajes con investigación de los tiempos de su padre y las crónicas con literatura, cada vez más ausentes en los diarios.

«Deberíamos regresar al periodismo de antaño porque estamos enviciados de la nota rápida y de lo opinativo, con poca investigación y poco gusto por lo literario», aseguró Scherer este sábado en entrevista con EFE a propósito de ‘Periodismo para la historia’, una antología de la obra de su progenitor (1926-2015).

El volumen de 683 páginas, editado por Random House, hace un recorrido por la trayectoria de Scherer entre 1949 y 1980 y dedica las últimas páginas al legado del periodista, con reflexiones sobre la ética de la profesión.

«En estos tiempos en los que tendemos a compactarlo todo, este libro recuerda el periodismo de antes; el periodismo con pausa, de largas descripciones, cercano a la literatura», comentó la heredera del fundador de la revista Proceso, fundada en 1976.

lio Scherer no daba entrevistas. Consideraba que su obra hablaba por él, lo cual confirma ‘Periodismo para la historia’.

El libro incluye entrevistas a personalidades del siglo XX y reportajes sobre Kennedy, Argentina, China, Chile y otros temas, pero nunca habla del autor. Eso aumenta el valor de los recuerdos de la hija del maestro, decisivos para armar el retrato del cronista.

María Scherer fija en el entrevistador sus ojos entre verde y terrosos, y confiesa que son idénticos a los de su papá.

«Me miraba y decía: ‘qué bonitos ojos tengo’. Según mucha gente, heredé la mirada de mi padre. Aseguran que la suya era intimidante; no creo que haya sido su intención ser duro; él ponía todos sus sentidos en lo que estaba haciendo y en escuchar», confiesa María.

Julio Scherer usaba dos máquinas de escribir marca Olivetti, por si se rompía una; nadaba temprano en la mañana y al regresar organizaba sus días a partir de las lecturas y del periodismo.

«Tenía escritores favoritos a los que releyó. Stefan Zweig y Sandor Marai, eran dos; adoraba a los novelistas rusos y en una época más reciente agarró el gusto por los norteamericanos; Norman Mailer y Philip Roth, entre ellos».

Fue amigo de Gabriel García Márquez y leyó con devoción a los autores del boom, varios de los cuales fueron entrevistados.

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By EFE

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