El guardameta boliviano Carlos Lampe reclamó más ayuda estatal para el desarrollo no sólo del futbol, sino del deporte en general en el país sudamericano, donde es casi una constante escuchar a sus atletas clamar por apoyos para entrenamientos y participaciones en torneos en el exterior.
Tras la estrepitosa caída de Bolivia por 5-0 ante Uruguay en la segunda fecha del Grupo C de la Copa América, Lampe sostuvo que la Verde ha “crecido”, pero las demás selecciones de la región “crecen mucho más”.
“Necesitamos también que el gobierno ayude, que ponga centros de alto rendimiento a disposición con gimnasios y profesores ‘top’ que ayuden físicamente”, afirmó.
El portero recordó su paso por torneos nacionales de disciplinas deportivas como el básquetbol o el taekwondo antes del futbol y aseguró que “el apoyo que se le da al deporte en Bolivia es muy bajo”.
Lampe también rememoró que en los 2 años que vivió en Argentina, cuando jugó para el Vélez Sarsfield y el Atlético Tucumán, vio cómo se preparan allí los deportistas desde niños.
“Allá los chicos entrenan en sus clubes y en las tardes entrenan fuerza, potencia con un preparador físico que les pagan”, señaló.
Para el arquero, los jugadores tienen la responsabilidad de “crecer y equiparar un poco más físicamente las cosas para que la brecha no sea tan grande como es hoy en día”.
Agregó que a los dirigentes les toca encargarse, por ejemplo, de buscar mejores infraestructuras e insistió en que el estado boliviano debe poner también de su parte con iniciativas como los centros de alto rendimiento.
Bolivia se aferra a 2 hazañas futbolísticas que viven fuertemente arraigadas en el imaginario colectivo de sus habitantes, que son el triunfo en el Campeonato Sudamericano en 1963, como se conocía entonces a la Copa América, y la histórica clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994.
En 2023 se cumplieron 60 años de la primera y este año fueron 30 del debut de Bolivia en el Mundial de 1994, sin que la Verde haya podido reeditar el título continental, menos volver a la cita mundialista.
Lo más cerca que estuvo de tener otra gloria internacional fue el subcampeonato de la Copa América en 1997, además de las alegrías parciales que dio el Bolívar, su club más famoso, al ser finalista de la Copa Sudamericana en 2004 y llegar a las Semifinales de la Libertadores en 2014.
Varios deportistas de otras disciplinas han tenido que hacer colectas, ventas de comida y distintas campañas para recaudar dinero para representar a Bolivia en torneos internacionales, a falta del casi nulo apoyo estatal.
Con el futbol la afición es más exigente aun precisamente por los auspicios privados que tiene y que dan la impresión de que recibe más apoyo que los otros deportes.
Desde hace años los aficionados exigen a su selección que les vuelva a dar alegrías como en la década de los años 1990, además de un recambio que no termina de llegar, lo que ha sido criticado por históricos de la Verde como los exmundialistas Miguel Ángel Rimba y Luis Héctor Cristaldo.
El actual técnico de Bolivia, el brasileño Antonio Carlos Zago, ha repetido hasta el cansancio que para lograr ese recambio hace falta un proceso no de meses, sino de años en los que, por ejemplo, se suba el nivel competitivo de los torneos locales, se apueste por las divisiones inferiores y se invierta en tecnología.
Zago, que se hizo cargo de la Verde en noviembre de 2023, asegura que ese proceso está en marcha y ha pedido “paciencia” ante el “proceso de rejuvenecimiento” iniciado en la selección.
Sin puntos y sin triunfos hasta el momento, como ocurrió en las anteriores 3 ediciones de la Copa América, Bolivia se enfrentará a Panamá el lunes en el Inter&Co Stadium de Orlando, Florida, en la tercera y última fecha del Grupo C.