El presidente de Túnez, Kais Said, convocó elecciones presidenciales para el próximo 6 de octubre, indicó un escueto comunicado oficial de Presidencia.
Said, que ganó los comicios de 2019, afronta su primera votación después de un polémico mandato durante el que se arrogó pleno poderes en julio de 2021, calificado de golpe de Estado por la oposición.
El presidente tunecino puso en marcha una hoja de ruta para “rectificar” la transición democrática, dijo, y desde entonces ha celebrado comicios parlamentarios y un referendo constitucional con las tasas de partición electorales más bajas de esta década en el país, cuna de la llamada Primavera Árabe.
Las próximas elecciones se celebrarán con una nueva Constitución, aprobada en un referendo con cerca de un 70% de abstención, que introduce un régimen ultrapresidencialista y limita las perrogativas del Parlamento.
Los comicios son convocados con decenas de destacados opositores encarcelados, varios de ellos potenciales candidatos presidenciales como la líder del Partido Desturiano Libre (PDL), que reúne a los nostálgicos del antiguo régimen, Abir Moussi, y el líder constitucionalista Jaouhar Ben Mbarek.
Al menos 21 miembros y dirigentes del islamista Ennahda, la mayor formación de la oposición, fueron investigados judicialmente durante el mandato de Said y varios quedaron encarcelados, incluido el líder y expresidente del disuelto Parlamento Rached Gannouchi.
La principal coalición opositora, el Frente de Salvación Nacional (FSN), ha rechazado participar en un “simulacro de democracia” mientras una veintena de figuras políticas permanecen en prisión provisional desde hace más de un año por un supuesto caso de “complot contra la seguridad del Estado”.
Organizaciones como Amnistía Internacional han alertado del recrudecimiento de la represión de la disidencia mediante cargos infundados contra las voces críticas.