Investigadores del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB), de la Universidad de Colima, analizarán si la hormona llamada amilina, que se produce en el páncreas, está relacionada con la pérdida de función cognitiva en personas con enfermedad renal crónica, pues se sospecha que estos pacientes podrían tener alteraciones en la memoria, el aprendizaje, el juicio y la toma de decisiones.
Miguel Huerta Viera, titular del proyecto “Niveles de amilina plasmática como predictores de la función cognitiva en pacientes con enfermedad renal crónica en hemodiálisis”, aprobado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) a través de la convocatoria Ciencia de Frontera, comentó que la hormona amilina se produce, al igual que la insulina, en el páncreas, se envía al torrente sanguíneo y una vez que contribuye al control de la glucosa en la sangre (control glucémico), se elimina por el riñón.
Sin embargo, dijo, es la insulina la encargada de que la amilina funcione de manera adecuada. “Cuando esto no sucede, la falta de regulación de la glucosa en la sangre podría causar en las personas enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2 y, con el paso del tiempo, dañar las células y vasos sanguíneos de los riñones, que filtran los desechos de la sangre y por lo tanto causar daño renal”.
Este proyecto, agregó el doctor Miguel Huerta, Investigador Nacional Emérito, tiene 2 objetivos: “primero ver si con la hemodiálisis también se elimina la amilina, porque si ésta se elimina no hay problema; de lo contrario, con su acumulación podríamos tener algunos problemas”.
Uno de los problemas que genera esta acumulación es el deterioro cognitivo, que a su vez es el segundo objetivo del proyecto: “ver si existe una relación en este sentido en la acumulación de amilina en los pacientes en tratamiento con hemodiálisis”.
Para ello, trabajarán con 82 pacientes del Centro Estatal de Hemodiálisis y la Unidad de Hemodiálisis del Instituto Mexicano del Seguro Social, a cargo del nefrólogo Luis Antonio Bermúdez Aceves.
A los pacientes, explicó, les realizarán un historial clínico y pruebas de sangre para medir la amilina en plasma al inicio de la hemodiálisis. Al término de ésta, a la par, les harán pruebas para revisar si están teniendo o no deterioro cognitivo.
“El medir la amilina, -dijo- nos ayudará a diferenciar si el deterioro cognitivo se debe a su concentración, o por otras razones, como la edad”.
Si bien analizarán las muestras de todos los pacientes, habrá un grupo al que le pondrán más atención. Se trata de aquellos que tienen diabetes, “pues se ha documentado que esta enfermedad se relaciona con deterioro cognitivo, como demencia y Alzheimer. Entonces, si la diabetes provoca daño en el riñón, quizás la hemodiálisis y la eliminación de la amilina les permitiría tener menos deterioro cognitivo”.
En este proyecto de investigación también participan las doctoras Mónica Ríos, Yolitzy Cárdenas, Xóchitl Trujillo y el doctor Jaime Bricio, así como estudiantes de la maestría en Ciencias Médicas de la Universidad de Colima.