Cientos de personas se congregaron este jueves en los suburbios meridionales de Beirut para despedir a Fuad Shukr, máximo comandante militar del grupo chií libanés Hizbulá, asesinado el martes en un bombardeo israelí contra ese mismo extrarradio capitalino.
El féretro del comandante, cubierto con la bandera amarilla de la formación chií, fue portado a hombros hasta el centro de un salón de actos lleno hasta los topes, donde fue colocado por varios uniformados entre gritos de “Muerte a Israel” y “Respondo a tu llamada, Hizbulá”.
El Estado judío aseguró que el alto mando era el máximo comandante militar de la formación chií, que por su parte le describió anoche como un miembro de la “generación fundacional de Hizbulá” con un “papel líder” en el establecimiento de sus primeros escuadrones.
Según una breve biografía difundida por el movimiento, Shukr ayudó a enfrentar la invasión israelí al Líbano en la década de los 80, actuó como “principal líder militar central” hasta mediados de los 90 y encabezó varias operaciones destacadas a lo largo de los años, entre ellas las desarrolladas desde el pasado octubre.
El bombardeo del que fue objetivo, que también mató a otras 6 personas e hirió a cerca de 80 más, fue una respuesta a un mortal ataque ocurrido el fin de semana en los Altos del Golán ocupados y que Israel atribuye a Hizbulá pese a las negativas del grupo.
Shukr es la baja de más alto rango en las filas del movimiento chií desde el comienzo de sus enfrentamientos con Israel hace casi 10 meses y los actos para darle su último adiós culminarán con un discurso del líder del grupo, Hasán Nasrala.
La Agencia Nacional de Noticias (ANN) informó de que Hizbulá también ha puesto en marcha una campaña para realzar su figura en el sur del país, donde ha colocado grandes fotografías del comandante en las vías de entrada a la región y donde planea erigir pósteres en su honor a lo largo de la autopista principal.