Casi un año después de su lesión en el tendón de Aquiles, Aaron Rodgers pudo estrenarse en un partido oficial completo con los New York Jets, pero el legendario quarterback se estrelló ante la solidez de los San Francisco 49ers, que triunfaron por 32-19 en el Levi’s Stadium de Santa Clara para arrancar con buen pie la nueva temporada de la NFL.
Rodgers, de 40 años, acabó el partido contra los 49ers con 167 yardas lanzadas (13 de 21), con un pase de anotación de 36 yardas para Allen Lazard y una interceptación. El ex de los Green Bay Packers no jugó los últimos minutos del cuarto período, con el partido ya sentenciado, con la mirada ya puesta en el duelo de la próxima semana contra los Tennessee Titans.
Los 49ers, un equipo con el Súper Bowl como único objetivo en esta campaña, fueron demasiado para los Jets. Sólidos, rocosos, potentes… y con un arma más ante la baja de última hora del running back Christian McCaffrey por molestias de pantorrilla: Jordan Mason.
El nativo de Tennessee, de 25 años y en su tercera temporada en la NFL, aprovechó la oportunidad y selló un partido de 147 yardas recorridas por tierra en 28 carreras. Firmó el touchdown del 23-7 a mediados del tercer período, Deebo Samuel (23 yardas con 8 carreras) anotó el otro y el pateador Jake Moody estuvo intratable con un 6 de 6 en goles de campo que sentenciaron a los Jets.
El quarterback Brock Purdy lanzó para 231 yardas (19 de 29 en pases), sin pases de anotación ni interceptaciones.
Y un año después… Aaron Rodgers
Era el 11 de septiembre de 2023 cuando, en el cuarto snap del partido inaugural de la campaña en un MetLife Stadium de Nueva York con entusiasmo disparado por recibir a su nuevo QB, Aaron Rodgers se rompió el tendón de Aquiles. Los sueños de gloria se convirtieron de forma inmediata en pesadilla y los Jets perdieron a su líder, recién incorporado tras su gloriosa etapa en los Green Bay Packers, por todo el año.
La franquicia neoyorquina acabaría esa temporada con 7 victorias y 10 derrotas y no conseguiría clasificarse a los playoffs. La afición de los Jets espera ver a su equipo en la postemporada desde 2011, cuando disputaron la final de la Conferencia Americana (AFC).
Con un año de retraso, los Jets encaran la nueva campaña con ambiciones renovadas, convencidos de que, con el permiso de las lesiones y un Rodgers sano, cuentan con una plantilla capaz de regalar satisfacciones.
Pero el calendario les dio un estreno de máxima exigencia, contra unos 49ers hambrientos de gloria, repletos de talento y con ganas de culminar su proyecto deportivo con el ansiado Súper Bowl. Los californianos se quedaron a un paso del trofeo Vince Lombardi y se rindieron el año pasado a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes en Las Vegas.
Cuentan con una plantilla extraordinaria, con una defensa rocosa liderada por Nick Bosa y Fred Warner, y con un arsenal ofensivo guiado por Brock Purdy, al que ya muy pocos llaman Mr. Irrelevant, el apodo que se le reservó tras ser seleccionado con la última elección en el draft de 2022. El QB cuenta con armas conocidas como Deebo Samuel, George Kittle, Brandon Aiyuk y Christian McCaffrey.
Y este lunes en Santa Clara presentó su candidatura Jordan Mason. El número 24 dominó por tierra y certificó el dominio de unos 49ers que recorrieron 180 yardas a la carrera por las 68 de los Jets.
Rodgers mantuvo a su equipo en el partido en el primer cuarto, cuando guio un drive de 12 jugadas con 6 de 7 en pases que llevó a Brece Hall al touchdown de la ventaja 7-6.
Pero el entusiasmo de los Jets no duró mucho. En el segundo período, los 49ers recorrieron 158 yardas por las 5 de los neoyorquinos y se fueron al descanso arriba 16-7, con un TD de Samuel y un gol de campo de Moody.
Los Jets no volverían a meterse en la pelea. Otro gol de campo de Moody y un TD de Mason incrementaron la renta hasta el 26-7 y abrieron el camino hacia el cómodo triunfo de los Niners.
