La Policía de Pakistán afirmó este jueves que ha detenido a 128 personas sospechosas de participar ayer en el incendio y los ataques contra iglesias y casas de la comunidad cristiana, después de que 2 miembros de esta minoría fuesen acusados de blasfemar contra el islam.
“Hemos registrado un total de 5 casos y 128 acusados han sido detenidos en relación con la violencia de ayer”, dijo a EFE un portavoz de la Policía del distrito de Faisalabad, Naveed Ahmed.
La violencia estalló ayer en la localidad de Jaranwala, en la provincia paquistaní de Punjab, cuando cientos de personas saquearon e incendiaron al menos 5 iglesias, un cementerio, y viviendas de miembros de la comunidad cristiana, según el diario paquistaní Dawn.
“En general la situación en la ciudad es ahora pacífica, y unos 3,500 miembros de la Policía incluyendo (la unidad militarizada) Rangers siguen desplegados en Jaranwala para controlar la situación”, dijo Ahmed.
De acuerdo con la Policía, el caos se desató después de que habitantes de la localidad aseguraran haber encontrado varias páginas del Corán destrozadas cerca de la vivienda de dos hermanos cristianos.
Varias mezquitas del vecindario amplificaron las alegaciones de blasfemia, según dijo a EFE otro portavoz de la Policía, Mohammed Haveed.
Según la fuente, los ataques provocaron ayer la huida de la localidad de algunos miembros de esta minoría, que en este país supone unos 2.6 millones de personas o el 1.27% de la población paquistaní según el último censo.
La cabeza de la iglesia paquistaní pidió una intervención inmediata a las autoridades para detener la violencia, mientras que la Policía paquistaní ha registrado un caso contra 2 jóvenes cristianos por dañar el Corán e insultar al profeta Mahoma.
El delito de blasfemia fue establecido en la época colonial británica y endurecido por el dictador Mohamed Zia-ul-Haq en los años 1980, y conlleva la pena de muerte en Pakistán, aunque nunca nadie ha sido ejecutado por ello.
En el caso más conocido en Pakistán de blasfemia contra un miembro de la minoría cristiana, Asia Bibi fue sentenciada a muerte en 2010 aunque finalmente recibió la absolución del Tribunal Supremo en 2018, desatando protestas multitudinarias.