El presidente iraní Masoud Pezeshkian advirtió ante la Asamblea General de la ONU de que los ataques de los pasados días de Israel contra el Líbano “no pueden quedar sin respuesta”, y dijo que las consecuencias de lo que suceda recaerán sobre “esos gobiernos que han saboteado todos los esfuerzos para poner fin a esta horrible catástrofe”.
El iraní se refería a los ataques contra dispositivos electrónicos de la pasada semana, seguidos de los bombardeos contra regiones chiíes del sur del Líbano, que en conjunto han causado más de 650 muertos, muchos de ellos civiles.
Pezeshkian, que asumió el cargo en julio pasado tras la muerte en un accidente de helicóptero de Ibrahim Raisi, no mencionó en su discurso a la milicia terrorista Hizbulá, objetivo teórico de los bombardeos de Israel y que según el Estado hebreo es un títere de Teherán.
“Como es natural -advirtió el presidente iraní- el ciego terrorismo de Estado de Israel de los pasados días en Líbano, seguido de una agresión masiva con miles de víctimas, no puede quedar sin respuesta”, dijo, sin precisar a qué se refería.
Pezeshkian apeló a la comunidad internacional a que ayude a poner fin “a la barbarie desesperada de Israel en Líbano, que hunde a la región y al mundo”, y llegó a afirmar que “Israel ha sido derrotado en Gaza, y no hay violencia suficiente que pueda restaurar su invencibilidad”.
Por otra parte, hizo una queja pública por los efectos que en su país tienen las sanciones que sufre desde 1979 y que lo convierte en uno de los países más sancionados del mundo, en su mayoría causadas por la puesta en marcha de un programa nuclear con supuestos fines militares.
Las sanciones -dijo Pezeshkian en lo que señaló era un mensaje “al pueblo americano”- son “destructivas, armas inhumanas diseñadas para dañar la economía de una nación. Nos privan de medicamentos esenciales (…), son una violación flagrante de los derechos humanos, y constituyen un crimen contra la humanidad”, recordó.