El pleno del Senado brasileño aprobó el nombramiento del economista Gabriel Galípolo como nuevo presidente del Banco Central, cargo para el que fue propuesto por el Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
Los senadores respaldaron por 66 votos a favor y 5 en contra a este economista de 42 años, que asumirá un mandato de cuatro años al frente del Banco Central en enero próximo y sustituirá a Roberto Campos Neto, designado durante la gestión del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
La candidatura de Galípolo había sido aprobada con anterioridad por la Comisión de Asuntos Económicos del Senado, que la respaldó con el voto unánime de sus 26 miembros.
Galípolo compareció ante esa comisión este mismo martes y durante unas 3 horas respondió a las inquietudes de los senadores sobre la actual situación de la economía brasileña, que analizó de forma absolutamente técnica, esquivando todas las polémicas políticas.
Subrayó el papel del Banco Central, que tiene autonomía por ley desde 2021, como “guardián” de la estabilidad monetaria y el control de la inflación, que en su opinión es “lo que garantiza el bienestar de los ciudadanos”.
Frente a dudas de la oposición sobre un posible intervencionismo del Gobierno en su gestión, aseguró que el propio Lula le garantizó que dispondrá de la “plena libertad de decisión” que una ley de 2021 estableció al declarar al Banco Central como institución autónoma.
Expectativas de crecimiento con un combate “permanente” a la inflación
Galípolo prometió un combate “permanente” a la inflación, que se sitúa en torno al 4% anual, y preguntado sobre las perspectivas de la economía brasileña, se ciñó a las previsiones de crecimiento ya publicadas por el Banco Central, elevadas en septiembre pasado del 2.3% al 3.2% para este año.
Aseguró que la economía nacional tiene un “elevado potencial” de crecimiento, entre otros factores por la fortaleza del sector agropecuario, así como por las oportunidades que ofrece para la inversión y un conjunto de indicadores positivos.
“Brasil tiene hoy 350 mil millones de dólares en reservas, un superávit comercial sólido y estructural gracias a la productividad y competencia de sus empresarios”, lo cual se combina con una tasa desempleo en torno al 6% y una inflación “controlada”, declaró.
Citó también la capacidad del país como exportador de petróleo, pero con una matriz energética limpia en más del 80%, lo cual es “un factor que abaratará la transición hacia una energía mucho más diversificada”.
Galípolo ha hecho casi toda su carrera profesional en el sector privado, aunque también ha ocupado cargos en el Gobierno del estado de São Paulo.
Cuando Lula asumió el poder, en enero de 2023, se desempeñó como viceministro de Hacienda, en parte por su sintonía con el titular de esa cartera, Fernando Haddad, que tiene la responsabilidad fiscal entre sus banderas.
En mayo de ese mismo año fue nombrado director de Política Monetaria del Banco Central, en contrapunto a Campos Neto, quien durante su gestión ha aplicado una rígida política monetaria y de elevados tipos de interés, que ha sido objeto constantes críticas por parte de Lula y su equipo económico.