Desde hace meses el Ayuntamiento de Jerusalén apoya un proyecto urbanístico de 1,440 viviendas en los terrenos sobre los que se asienta la sede de la UNRWA, un plan más cerca de hacerse realidad tras la aprobación anoche de una ley que prohíbe las actividades de la agencia en territorio con soberanía israelí.
“No queremos verlos de ninguna manera. Ni sus coches, ni sus banderas”, dijo a la agencia informativa EFE el vicealcalde de la ciudad, Ariel King, satisfecho con el posible desalojo de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) de su sede en Jerusalén este y anexionado por Israel.
El vicealcalde es una de las voces más activas del consistorio en defensa de un plan de construcción gubernamental de más de mil viviendas para colonos judíos en el barrio palestino de Sheikh Jarrah. King asegura que los terrenos pertenecen al Estado a través de la Autoridad de Tierras de Israel (ATI) y que la agencia de la ONU las ha “invadido”.
También aplica esto a las instalaciones de UNRWA en el campamento de refugiados palestinos de Qalandia, en la frontera con Cisjordania, alegando que dicho territorio pertenece al Fondo Nacional Judío, creado por el movimiento sionista a principios del siglo XX en Suiza para adquirir tierras en territorios palestinos.
“Tenemos un contrato de arrendamiento válido para el recinto desde la década de 1950”, responde por la contra a EFE Jonathan Fowler, portavoz de la agencia de la ONU. Este insiste en que el arrendamiento se acordó entonces con Jordania, que administró Jerusalén este hasta 1967, cuando Israel lo ocupó.
“Después de 1967 este contrato se mantuvo a través de las autoridades israelíes, pero no es con las autoridades israelíes”, añade.
Además, la UNRWA se estableció por mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1949 y sus instalaciones, como todas las del organismo, son inviolables “donde quiera que se encuentren y quienquiera que las custodie”, por lo que no pueden ser objeto de “registro, requisa, confiscación, expropiación” o cualquier otro tipo de injerencia, según estipula el Consejo de Seguridad.
La ATI ya ordenó en mayo a la agencia desalojar sus instalaciones en un plazo de 30 días, si bien el mandato nunca se hizo cumplir.
Ese mismo mes, manifestantes israelíes rodearon la sede de UNRWA en Jerusalén en una protesta entre cuyos organizadores se encontraba el vicealcalde y prendieron fuego en el patio del complejo. “No habrá lugar para el enemigo en nuestra ciudad santa”, escribió King sobre las imágenes del incendio en la red social X.
Campaña de Israel contra UNRWA
En una conversación telefónica, King sostiene el relato común entre las autoridades israelíes desde hace un año: que la UNRWA está controlada por la organización islamista Hamás y no tiene cabida en Israel. “No hay forma de que permitamos que esta organización siga funcionando en Israel, y menos en Jerusalén”, dijo.
Israel ha acusado a UNRWA de emplear a 2,100 miembros de Hamas, y en enero dijo que doce de ellos habían participado activamente en los letales ataques del 7 de octubre, a lo que la agencia respondió de inmediato abriendo una investigación interna y despidiendo a esos trabajadores.
En agosto, la ONU concluyó que de los investigados en la organización -de unos 30 mil trabajadores en total- nueve “pudieron” estar involucrados en los ataques, si bien insistieron en que el Estado hebreo no aportó pruebas que respaldaran sus acusaciones.
Este lunes, el Parlamento israelí aprobó dos leyes contra la agencia de la ONU: en una primera votación, la Knéset prohibió a la UNRWA operar en territorio israelí, incluido el anexionado Jerusalén Este.
Luego, dio luz verde a una segunda ley que busca restringir su capacidad de actuación en los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza, al prohibir a cualquier agencia gubernamental u entidad pública tener contacto con esta agencia de la ONU o sus empleados.
“La Hamas de Gaza, la de Cisjordania y la de Jerusalén son la misma. La UNRWA de Gaza es la misma que la de Cisjordania y la de Jerusalén”, sentenció King.