El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó la celebración este martes de ejercicios de las fuerzas estratégicas de disuasión nuclear con el fin de ensayar el lanzamiento de misiles balísticos y de crucero.
“Entrenaremos las acciones de los mandos para controlar el uso de armas nucleares con lanzamientos de misiles balísticos y de crucero”, dijo Putin durante una declaración transmitida por la televisión rusa.
Putin subrayó que, “teniendo en cuenta el incremento de las tensiones geopolíticas y la aparición de nuevas amenazas y riesgos externos, es importante contar con fuerzas estratégicas modernas que estén permanente listas para su uso en combate”.
Destacó que la triada nuclear -misiles intercontinentales, submarinos atómicos y la aviación estratégica- sigue siendo un “garante fiable de la soberanía y seguridad de nuestro país, lo que permite cumplir con las tareas de disuasión estratégica”.
Además, añadió, también permite “mantener la paridad nuclear y el equilibrio de fuerzas en el mundo como factores objetivos de la estabilidad global”.
Al mismo tiempo, Putin aseguró que “Rusia confirma su posición de principio de que el empleo de armas nucleares es una medida extrema y extraordinaria de garantía de la seguridad”.
El jefe del Kremlin insistió en que Moscú tiene intención de seguir perfeccionando todos los componentes de su arsenal nuclear en el marco de programa estatal de rearme, para lo que ha incrementado enormemente el gasto en defensa desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
Esto incluirá el suministro a las fuerzas estratégicas de nuevos sistemas de misiles de emplazamiento estacionario y móvil que son muchos más precisos y, además, requieren un tiempo menor para su lanzamiento, explicó.
“Y, lo que es muy importante, con mayores posibilidades de superar los sistemas de defensa antimisiles”, añadió, en alusión al escudo estadounidense.
Con todo, aseguró que, aunque Rusia se propone fortalecer sus fuerzas nucleares con armamento moderno -actualmente ese indicador es del 94%-, no piensa verse involucrada en una “nueva guerra armamentista” como le ocurrió a la Unión Soviética.
A finales de julio pasado Rusia realizó conjuntamente con Bielorrusia maniobras nucleares tácticas con el empleo de misiles balísticos Iskander-M.
Recientemente, Putin anunció la modificación de la actual doctrina nuclear después de que Occidente se planteara permitir a Ucrania utilizar armamento de largo alcance contra objetivos en territorio ruso.
La nueva doctrina contempla el empleo de armas nucleares en caso de un ataque convencional que amenace la soberanía de Rusia y Bielorrusia.
En estos momentos están estancadas las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos para la firma de un nuevo START, que expira en 2026 y que es el último tratado de desarme estratégico entre ambos superpotencias.