La esposa y madre de 2 de los 11 comerciantes de Chautipan encontrados sin vida en Chilpancingo acusó a las autoridades por no buscar a sus familiares que se encontraban desaparecidos desde hace casi 2 semanas.
“Si ellos (las autoridades) hubieran querido hacer algo desde un principio lo hubieran hecho bien”, recriminó la mujer que partió este viernes 8 de octubre con los restos de su esposo Alfonso Francisco Cabrera, de 33 años, y su hijo, Diego Alfonso Cabrera Sacristán, de 17 años, de las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) en la capital guerrerense hacia su comunidad.
Según publica Reforma en su edición digital, los cuerpos de Alonso Francisco y Diego Alonso fueron encontrados junto con otras 9 víctimas abandonadas sobre la batea de una camioneta estacionada en el Parador del Marqués, a un kilómetro de la Fiscalía estatal, el pasado miércoles.
Ayer, autoridades ministeriales confirmaron que los cadáveres corresponden a los de los 17 comerciantes de Chautipan que desaparecieron paulatinamente tras salir a vender su mercancía a finales de octubre.
El 21 de octubre partieron de Chautipan 4 integrantes de una familia, y al día siguiente 6 más, y debido a que ninguno regresaba, el 27 de octubre 7 de sus familiares viajaron a Chilapa y Quechultenango a buscarlos, pero tampoco volvieron.
El 5 de noviembre, el comandante de la 35 Zona Militar, Jorge Pedro Nieto Sánchez, dio a conocer que 400 militares de las fuerzas especiales iban a sumarse a los trabajos de búsqueda en Mochitlán, Quechultenango, Chilapa y en la parte sur de Chilpancingo, que es la zona de control del grupo criminal de “Los Ardillos”.
“Eso es lo que les digo, que no cierren el caso, que los sigan buscando”, pidió la mujer en entrevista con medios a las afueras de la Semefo, debido a que entre las 6 personas que continúan desaparecidas se encuentra su otro hijo, Leandro Geovani Cabrera Sacristán, de 15 años de edad.
“Nadie de ellos hacía males, fue injusto lo que les hicieron”, expresó.
Diego Alfonso tenía unos meses de haber comenzado a vivir con una joven de la comunidad de Omiltemi, por lo que también empezó a vender trastes en Chilapa como otros habitantes de la comunidad que desde hace 10 años son empleados de un empresario de Chilpancingo.
“Ya fue encontrado, pero muerto”, acusó su madre.
Además de que las autoridades, precisó Reforma, han sido señaladas por la búsqueda ineficiente de los 17 de Chautipan, policías ministeriales fueron acusados por alterar la escena en las que los comerciantes fueron encontrados, debido a que trasladaron el vehículo con los 11 cuerpos, sin permitir peritajes, reconstrucción del hallazgo, la búsqueda de indicios criminales y revisión de huellas digitales.
“El Ministerio Público tiene la obligación de hacer las cosas de manera cronológica, primero el reconocimiento de los hechos, si se salta un paso esto provoca nulidad de actuaciones, eso pasa muchas veces, que el Ministerio hace una mala investigación y los abogados se aprovechan”, expuso un abogado que tuvo conocimiento del hecho.
Con información de Reforma