El Ministerio de Comercio de China aseguró que las nuevas medidas anunciadas por Estados Unidos para frenar el desarrollo de microchips avanzados en el país asiático son “un acto de coerción económica” y prometió que tomará “las medidas necesarias para proteger su derechos e intereses legítimos”.
Pekín acusa a Washington de “expandir su jurisdicción de largo alcance para interferir en el comercio entre China y terceros países”, algo que califica de “práctica contraria al mercado”. “Estados Unidos dice una cosa y hace otra, generalizando constantemente el concepto de seguridad nacional, abusando de las medidas de control de exportación y poniendo en práctica un acoso unilateral. China se opone a esto”, indica el comunicado que publicó anoche Comercio en su página web.
En opinión del Ministerio, “el abuso de las medidas de control por parte de Estados Unidos ha lastrado gravemente los intercambios económicos y comerciales normales entre los países, ha menoscabado seriamente las reglas del mercado y ha amenazado gravemente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro a nivel global”.
“El sector mundial de los semiconductores, incluyendo a empresas estadounidenses, se ha visto gravemente afectado”, recalca el documento.
Este lunes, EUA anunció que 140 empresas chinas tendrán prácticamente prohibido exportar ciertos chips y maquinaria a Estados Unidos al ser incluidas en la “lista de entidades”, una lista negra que obliga a las compañías estadounidenses y de otros países a solicitar licencias de exportación que resultan casi imposibles de obtener.
Además, estas nuevas normas restringen la exportación de 24 tipos de herramientas de fabricación de chips que hasta ahora no estaban reguladas.
Este es el tercer gran paquete de restricciones anunciado por el Gobierno de Joe Biden en los últimos 3 años y que, como el resto, ha sido diseñado para limitar el acceso de China a los microchips más avanzados del mundo, esenciales para el desarrollo de inteligencia artificial militar y otras aplicaciones.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, calificó estas medidas como “los controles más estrictos jamás implementados por Estados Unidos para degradar la capacidad de China de fabricar los chips más avanzados que utilizan en su modernización militar”.
La Administración Biden ha insistido en los últimos años en que la seguridad de Estados Unidos podría verse en peligro si China logra producir estos chips extremadamente avanzados, fundamentales para operar sistemas de inteligencia artificial y supercomputadoras que pueden emplearse en ciberataques, diseño de nuevas armas y sistemas de vigilancia.