El gobernante Partido Liberal de Canadá se reunió este miércoles para tratar la búsqueda del sustituto del primer ministro, Justin Trudeau, mientras el país se enfrenta a una creciente crisis por las amenazas de anexión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Dos días después de que Trudeau anunciase su intención de dimitir como primer ministro y como líder del Partido Liberal, ninguno de los potenciales candidatos a sustituirle han declarado su intención de presentar su candidatura.
Sólo el exgobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, ha señalado que está considerando la posibilidad. Pero Chrystia Freeland, hasta diciembre vice primera ministra y ministra de Finanzas de Trudeau, mantiene un absoluto silencio sobre sus intenciones.
Precisamente, la inesperada dimisión de Freeland el 16 de diciembre, entre críticas a las políticas de Trudeau y a la carencia de planes por parte del Gobierno para enfrentarse al segundo mandato de Trump es lo que desencadenó la dimisión de Trudeau.
Este miércoles, el nuevo ministro de Finanzas, Dominic LeBlanc, uno de los políticos más veteranos del Partido Liberal, comunicó que ha decidido no aspirar al liderazgo de la formación política para concentrarse en las relaciones con Estados Unidos.
Por su parte la ministra de Exteriores, Mélanie Joly, señaló que está considerando si dar el paso adelante y que en estos momentos su reflexión se centra en qué cargo puede tener un mayor impacto.
Algunos de los diputados que este miércoles se detuvieron para contestar las preguntas de los medios antes de la reunión del grupo parlamentario liberal, a la que asistió Trudeau, indicaron que su preferencia es un líder “que represente ideas centristas”.
La diputada Jody Sgro expresó la necesidad de que el futuro líder liberal sea alguien que “entiende las necesidades de los canadienses y de prioridad a los canadienses”.
Las palabras de Sgro, cercana a Trudeau, son un reconocimiento de que el primer ministro canadiense, cuyo desplome en las encuestas de opinión provocó la revuelta interna que ha forzado su dimisión, ha perdido el contacto con los electores en la última parte de su mandato.
Mientras los liberales todavía tienen que decidir cómo será el proceso para reemplazar a Trudeau y se preparan para unas elecciones anticipadas que se podrían producir en la primavera, la crisis provocada por las declaraciones de Trump no amaina.
Joly reconoció este miércoles que “los canadienses están muy preocupados por lo que está pasando” entre los 2 países.
“Hay mucha ansiedad. Los comentarios del presidente electo son inaceptables y dadas las circunstancias, necesitamos liderazgo. Creo que cuando el presidente electo Trump habla, necesitamos tomarlo de forma muy seria. Nunca me tomo sus amenazas a la ligera”, añadió Joly.
En términos similares se expresó LeBlanc, que estuve presente en la cena que Trudeau y Trump mantuvieron el pasado 29 de noviembre en la mansión de Mar-a-Lago que tiene el republicano en Florida, donde Trump mencionó por primera vez la idea de anexionar Canadá.
“Durante la cena en Mar-a-Lago, estaba sonriendo y parecía una broma. Ahora está empezando a ser contraproductivo y se ha acabado la broma”, dijo LeBlanc.
Por su parte, el ministro de Inmigración, Marc Miller, sentenció: “Creo que es ridículo. No hay ninguna posibilidad de que nos convirtamos en el estado 51” de Estados Unidos.