Ucrania espera recibir en septiembre nuevas partidas de armamento occidental para reforzar su contraofensiva antes de la llegada del mal tiempo, mientras Rusia asegura que contiene los ataques de las fuerzas de Kiev en los distintos frentes.
“Ya han comenzado los preparativos para un septiembre poderoso para Ucrania. (…) La primera prioridad es nuestra defensa. Nuevos paquetes de defensa para los soldados ucranianos. Artillería, vehículos blindados, defensa aérea y misiles, medios de desminado”, afirmó en Telegram el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El mandatario expresó su confianza en la ayuda occidental y afirmó que “todos nuestros socios están informados sobre nuestras necesidades. Estamos esperando soluciones”, matizó.
Soluciones para blindar tierra y aire
Zelenski anunció que esta semana sostendrá varias reuniones con el Estado Mayor ucraniano para buscar “soluciones que nos permitan fortalecer aún más a nuestros soldados”.
También llamó al mando militar ucraniano a “preparar de un modo más activo la infraestructura necesaria para los nuevos aviones ucranianos” que Kiev espera recibir próximamente de varios países occidentales.
Algo que podría suceder, según afirmó hoy el ministro de Defensa ucraniano, Oleksí Réznikov, “en la primavera del año que viene, porque ya arrancaron los cursos de preparación de nuestros pilotos, ingenieros y técnicos”.
El titular de Defensa, entrevistado por medios occidentales, se unió a los reclamos de preparar la infraestructura aeroportuaria necesaria para permitir el uso de los F-16.
“Tenemos que poner fin al dominio ruso en el aire, más allá de los límites del campo de batalla. Los F-16 se convertirán en parte de la defensa antiaérea (…) Esto significaría un gran avance para nosotros”, argumentó.
Por su parte, el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat, fue más cuidadoso a la hora de mencionar plazos y señalo que eso sucederá “cuando nuestra gente esté lista”, en referencia no solo a los pilotos, sino al personal de mantenimiento y abastecimiento.
Reconoció durante una intervención en la televisión pública ucraniana que los programas de preparación pueden ser diversos y los pilotos más jóvenes y con menos experiencia podrían requerir “varios años de entrenamiento”.
Presión en dirección al mar de Azov
En tanto, el Ejército ucraniano mantiene su contraofensiva en el sur y este del país con el fin de cortar el corredor terrestre que une a Rusia con la anexionada península de Crimea, según informó este lunes en Telegram la viceministra ucraniana de Defensa, Hanna Maliar.
“Durante las acciones ofensivas, las fuerzas de defensa de Ucrania tuvieron éxito en dirección al sureste de Robotine y al sur de Mala Tokmachka en la región de Zaporiyia y se atrincheraron en las fronteras alcanzadas”, afirmó.
Además, en declaraciones a Military Media Center, órgano oficial del Ministerio de Defensa ucraniano, Maliar aseveró que “Robotine fue liberado y nuestras tropas avanzan al sudeste” de esta localidad “pese a la furiosa resistencia del enemigo”.
En cambio, reconoció que las fuerzas rusas continúan “intentando avanzar en varios sectores del frente: Kupiansk, Limán, Bajmut, Avdíivka y Márinka”.
“En todas estas zonas se libran intensos combates”, dijo, al señalar que en Kupiansk, al este de Járkov, “el enemigo crea campos minados” a lo largo de la frontera con Rusia, mientras “buscan puntos débiles de nuestra defensa para atravesarlos”.
Por su parte, Rusia se abstuvo de reivindicar cualquier avance y se limitó a informar que durante la última jornada el Ejército ruso repelió 15 ataques ucranianos a lo largo del frente.
Según portavoz de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, “la Armada Rusa esta noche lanzó un ataque masivo con armas de alta precisión contra un almacén de armamento aéreo y municiones de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, coincidiendo con la denuncia de Kiev de la destrucción de un objetivo agrícola.
Según Ucrania, los misiles rusos alcanzaron una planta de aceite en la región de Poltava, en el centro del país, un ataque que costó al menos 3 vidas.