Polonia avanza en la construcción del “Escudo del Este” en sus fronteras con Rusia y Bielorrusia a través de distintos tipos de barreras y obstáculos, desde estructuras antitanques, sistemas de vigilancia del espacio aéreo, equipos electrónicos y hasta posiblemente minas, con vistas a protegerse de una eventual invasión.
En el puesto fronterizo de Polowce-Peschatka, que se encuentra en la frontera entre Polonia y Bielorrusia y ahora está cerrado, se respira casi una atmósfera de conflicto bélico.
Impresiona la valla de metal de 5.5 metros que se extiende a lo largo de 186 kilómetros, dotada de una extensa red de alambre de púas y con presencia militar las 24 horas del día, erigida contra la guerra híbrida puesta en marcha por el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, que promueve la llegada de inmigrantes de Oriente Medio, Asia Central y el norte de África hasta las fronteras de Polonia.
Desde ese lugar, distintos militares polacos hablaron esta semana sobre el “Escudo del Este” a un grupo de medios extranjeros, entre ellos la agencia informativa EFE, de visita a ese punto de la frontera con motivo de la presidencia polaca del Consejo de la Unión Europea este semestre.
El escudo es un programa que supone la construcción de diversos tipos de fortificaciones, obstáculos e infraestructuras militares en las fronteras de Polonia con Rusia y Bielorrusia -un total de unos 800 km-, así como el despliegue de medios electrónicos y sistemas antidrones.
Prevenir la guerra
El objetivo de la fortificación de las fronteras que Polonia ha emprendido es “prevenir la guerra”, insistieron los militares.
El coronel Mariusz Ochalski señaló que el “Escudo del Este” es “la preparación para un posible conflicto”.
Aunque la tensión que existe ahora “no es la misma” que en la Guerra fría, todo debe “estar listo para cualquier momento”, dijo.
“Toda preparación tarda un tiempo, pueden ser semanas, meses. Si hay un cambio inmediato en el otro lado, debemos estar preparados” para ofrecer una “disuasión” y “no permitir al enemigo intervenir”, añadió Ochalski.
En ese contexto, precisó que el programa del “Escudo del Este” incluye “múltiples líneas de esfuerzos”, una de ellas centrada en los obstáculos, es decir, elementos físicos como barreras destinados a frenar los movimientos del enemigo.
Habló asimismo de la posibilidad de establecer “minas” y otros medios contra vehículos militares.
Frontera de la UE y de la OTAN
El mismo coronel subrayó que este programa pretende proteger una frontera que también es de la Unión Europea y de los países de la OTAN y que, por ello, Polonia ha pedido fondos europeos y espera asimismo recibir financiamiento de la Alianza Atlántica a efectos de “compartir la responsabilidad”.
Por su parte, el general de brigada Robert Bagan señaló que la frontera con Bielorrusia será protegida de manera física y electrónica de aquí al próximo mes de abril.
Los planes del “Escudo del Este” también incluyen la construcción de sistemas apropiados de reconocimiento y detección de amenazas, bases avanzadas, centros logísticos y almacenes.
Varsovia asignó unos 2,300 millones de euros a la implementación de este plan, que se espera esté plenamente operativo en 2028, y que se integrará en la infraestructura de defensa integral del flanco oriental de la OTAN para contrarrestar las amenazas de Bielorrusia y Rusia.
El pasado noviembre, el primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó que el primer tramo de las fortificaciones del “Escudo del Este” ya está listo y que todas las medidas que se implementan en estos lindes representan una inversión en la paz.
La puesta en marcha de esta iniciativa, dotada con unos 2,250 millones de euros, estaba prevista para 2025, pero el Gobierno polaco decidió adelantar su implementación.
Además de bases y cuarteles constará de una red de túneles a lo largo de las fronteras de Polonia con Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado.