La empresa Coco Colima cerró 2024 con resultados destacados en su lucha contra la plaga del “picudo prieto”, una de las principales amenazas para la producción de coco en la región. Durante el año, la empresa alcanzó un récord de 272,397 picudos “capturados”, cifra que representa un incremento notable frente a los 61,513 de 2023. Ese logro fue posible gracias al uso de trampas internas y la compra directa de picudos a productores locales de Armería y Tecomán, quienes participaron activamente en el control de la plaga.
Gerardo Gordillo, director de Investigación y Desarrollo de Coco Colima, subrayó que el objetivo principal no es solo capturar picudos, sino mitigar el impacto de la plaga en las palmas de coco. “Buscamos evitar el derribo de las palmas, que es el principal daño a la productividad. No se trata únicamente de atrapar picudos”, explicó.
En los huertos monitoreados por la empresa, que abarcan 57,210 palmas en 260 hectáreas, explicó que se logró una reducción del 18% en el derribo de palmas entre Armería y Tecomán, en comparación con 2023. Particularmente en Armería, donde el programa estatal de Cesavecol comenzó en 2023, la reducción alcanzó un 41%, evidenciando el impacto positivo de las acciones emprendidas.
Mencionó que además de controlar la plaga, Coco Colima ha involucrado a la comunidad local en las soluciones. Para 2025, agregó, las expectativas son aún mayores porque el programa se expandirá a nuevas áreas y se intensificará la captura de picudos con un enfoque integral, lo que incluye la instalación de más trampas y entrega de feromonas a productores.
“Las metas para 2025 son claras: reducir aún más el derribo de palmas, ampliar las zonas monitoreadas e involucrar a más productores locales. Con la expansión del programa, esperamos superar los resultados de 2024”, señaló Gordillo.
El director también destacó la importancia de la colaboración entre el sector privado, representado por Coco Colima, y las autoridades estatales. Ese esfuerzo conjunto, que incluye monitoreo constante, captura de picudos y participación activa de los productores, aseguró, será clave para garantizar la sostenibilidad de los cultivos de coco a largo plazo.