Una enorme maqueta de ballena “navegó” el centro de la Ciudad de México, escoltada por activistas que exigieron al Gobierno de Claudia Sheinbaum detener el proyecto Saguaro, un gasoducto que pretende conectar Texas con el Golfo de California en el océano Pacifico para extraer gas por medio de la técnica de fracking o fractura hidráulica.
El proyecto Saguaro pone en riesgo a cinco especies de ballenas y al 85% de los mamíferos marinos de México, que habitan en el Golfo de California, conocido como el “Acuario del Mundo”, advirtieron los manifestantes.
Encabezada por la coalición “Ballenas o gas”, conformada por 35 asociaciones ambientalistas como Greenpeace y Nuestro Futuro, la marcha partió del Palacio de Bellas Artes y culminó en el Zócalo.
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Pablo Montaño, de Conexiones Climáticas, advirtió de que el Golfo de California está catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y es un santuario donde habitan 39% de los organismos marinos del Mundo, así como 900 especies de peces, de las cuales el 90% son endémicas del lugar.
Por lo que hizo un llamado urgente a la presidenta Sheinbaum a refrendar “su compromiso y conocimiento climático”, en un momento donde muchos dudan de la gravedad de la crisis ambiental en el Mundo.
“Hoy tenemos una científica climática como presidenta de México, algo que muchos países desearían tener, dado la urgencia que hay por actuar con congruencia frente al clima”, expuso en una conferencia de prensa frente al Palacio de Gobierno.
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Asimismo, Montaño explicó que el proyecto Saguaro, a cargo de la empresa estadounidense Mexico Pacific, busca exportar el gas a Asia a través de buques de 300 metros de largo, es decir, 60 metros más largos que la plancha del Zócalo.
“La principal causa de muerte de las ballenas son las colisiones con grandes buques y, además, las que sobrevivan serían ensordecidas por el ruido que provocan estos navíos, ahuyentándolas”, indicó Montaño.