Los jefes de Estado de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) acordaron este viernes en una cumbre extraordinaria en Harare implicarse en el logro de un “alto el fuego” que permita la llegada de ayuda humanitaria en el conflicto del este de la República Democrática del Congo (RDC).
En un comunicado, la cumbre abogó por buscar los medios para comprometer “a todas las partes estatales y no estatales en el conflicto a un proceso de alto el fuego para proteger vidas y facilitar un flujo fluido de apoyo humanitario a las personas y comunidades afectadas por el conflicto armado”.
La reunión se celebró después de que el rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) tomara este lunes la estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, fronteriza con Ruanda y rica en minerales, tras días de intensos combates con el Ejercito congoleño y sus milicias aliadas que provocaron el desplazamiento de cientos de miles de personas.
Los líderes expresaron su “preocupación de los recientes ataques del grupo armado M23 y las Fuerzas de Defensa de Ruanda (Ejército ruandés) contra las Fuerzas Gubernamentales de la RDC, la Misión de la SADC en la RDC (SAMIDRC) y la población civil”.
La Cumbre, dirigida por el presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria del bloque regional, condenó “en los términos más enérgicos” los ataques a las fuerzas de la SAMIDRC por parte del M23, pues violan el alto el fuego negociado a través del Proceso de Luanda en julio de 2024.
Un total de 16 efectivos de la misión de paz de la SADC, desplegada en diciembre de 2023, han muerto durante los recientes combates con el M23, la mayoría de ellos soldados de Sudáfrica, cuyo presidente, Cyril Ramaphosa, acudió a la cumbre de Harare.
Los mandatarios del bloque de 16 países también pidieron una “cumbre conjunta inmediata” de la SADC y la Comunidad de África Oriental (CAO, bloque regional de ocho países) para “deliberar sobre el camino a seguir en relación con la situación de seguridad en la República Democrática del Congo”.
Entre los asistentes a la cumbre figuró el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, cuyo país pertenece a la SADC y la CAO, aunque no viajó a la capital zimbabuense y participó de forma telemática.
La ofensiva del M23 -grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- ha incrementado la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido confirmada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Nore.
Desde entonces, avanzó por varios frentes hasta situarse en Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante 10 días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).