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COLUMNA: Cotidianas

Por Redacción Feb12,2025

Arcontes

Por Jorge Vega

Ahora que se multiplican los asesinos en Colima, en México, que pueden matar a mujeres y niños incluso a mediodía; que personajes como Trump o Milei dan la nota en un Mundo que solíamos creer democrático y más consciente, he vuelto a pensar en esos seres que los gnósticos llaman “Arcontes”, tan parecidos a los narcos, a los políticos.

El término proviene de los griegos, como casi todo. Se refiere a gobernante, ya que en la antigua Grecia los Arcontes eran magistrados, líderes o políticos. Pero los gnósticos se refieren a ellos como entidades que gobiernan el Mundo de la materia, de la ilusión. Dicen que su propósito es mantener a los seres humanos atrapados en la ignorancia de nuestra divinidad.

Aseguran que son parásitos energéticos que impiden nuestro despertar espiritual. ¿Cómo nos capturan? A través del sufrimiento, del miedo y la ignorancia. Son guardianes de la ilusión, de maya. Mientras más miedo nos provoquen, más drenan nuestra energía.

Dicen que les interesa robar la chispa divina con la que nacemos, porque ellos no la tienen. Carlos Castañeda decía que los “Arcontes” (él los llamó “voladores”) se roban nuestra luz, nuestra divinidad, haciéndonos sentir miserables, temerosos, causándonos dolor, ira o desesperanza. Así, uno a uno vamos uniéndonos a las filas de los “Arcontes”, del mal.

Colima no es una isla. Estamos en el Mundo, somos del Mundo y aquí también se libra la batalla entre los oscuros, los criminales, los asesinos, los vacíos, y los demás, los que todavía se cuestionan, los que buscan descubrir su verdadera naturaleza, los que ven más allá de las cifras de muertos, de la pantalla del celular.

Tal vez sea una metáfora, pero los “Arcontes” ayudan a entender que el horror (como han dicho Rogelio Guedea y Joseph Conrad) que estamos enfrentando en Colima es parte de una cruzada mayor. Me gusta pensar, como Michael Hopf, que “los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, y los buenos tiempos crean hombres débiles”.

El actual es un tiempo bastante difícil, complicado, de finales de un largo ciclo, en el que será necesario abrazar finalmente nuestra sombra para poder traer un poco de luz a este lugar, a Colima.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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