La Policía ecuatoriana confirmó que un segundo coche bomba explotó en la madrugada de este jueves en Quito, parecido al registrado previamente en la noche del miércoles en una zona comercial del norte de la capital.
El vehículo incendiado en la madrugada de este jueves en la capital ecuatoriana también tenía cilindros de gas en su interior, como el que estalló la noche del miércoles, según la Policía.
Causó daños en los exteriores del edificio del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), el departamento estatal encargado del control y custodia de las cárceles de Ecuador.
De acuerdo a la Policía, no se registraron víctimas de ese suceso, sobre el que continúan las labores de investigación y operativas para capturar a los responsables del hecho.
En imágenes presentadas por la televisión Teleamazonas se apreció una camioneta incinerada, con los cilindros de gas, frente a una universidad, en una zona cercana al sitio donde anoche explotó un primer vehículo.
Ciudadanos que viven por el sector alertaron en la madrugada sobre la explosión, ocurrida unas 2 horas después del estallido del primer coche bomba.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, dijo en Teleamazonas que desde el miércoles se vivió “un día y una madrugada recontra compleja y rara”, pues en la mañana de ayer se detonó, de forma controlada, 3 granadas en una zona de Quito, en la noche estalló el primer coche bomba y en la madrugada “hubo un segundo coche bomba”.
Seis detenidos
Según el general de Policía Pablo Ramírez, 6 personas, entre ellas un ciudadano colombiano, fueron detenidas en la noche del miércoles por su presunta vinculación con un coche bomba que poco antes había causado varias explosiones en una zona comercial del centro norte de Quito sin causar víctimas.
Ramírez indicó que algunos de los aprehendidos registran antecedentes como extorsión, robo y asesinato y ahora se encuentran a la espera de pasar a disposición judicial, mientras la Fiscalía indicó este jueves que ha dispuesto la práctica de diligencias relacionadas al hecho.
Detalló que 3 de los ellos habían sido detenidos hace 15 días por el robo de un camión y por secuestros extorsivos en diferentes partes de la ciudad, pero que fueron puestos en libertad condicional por la Justicia.
El general precisó que los 6 detenidos fueron capturados mientras se trasladaban en un vehículo que se encontraba reportado como robado, al igual que el automóvil usado para el presunto atentado.
De acuerdo a Ramírez, en el interior del vehículo, los agentes hallaron 2 bombonas de gas, mecha lenta y “aparentemente tacos de dinamita”.
Coches bombas similares también se registraron el año pasado en varias ocasiones en la portuaria ciudad de Guayaquil, uno de los epicentros de la violencia que vive el país.
Ramírez consideró que el lugar de la detonación del automóvil responde a que en ese punto de la ciudad se encontraba anteriormente la sede del SNAI, el departamento estatal encargado del control y custodia de las cárceles de Ecuador.
En ese sentido, atribuyó el atentado a una presunta represalia del crimen organizado por una serie de traslados de presos realizados entre distintas cárceles durante la jornada del miércoles.
También el miércoles se produjo una intervención de la Policía y de las Fuerzas Armadas en la cárcel de Latacunga, de la provincia andina de Cotopaxi, situada a unos 70 kilómetros al sur de Quito, que a su vez desató sendos motines en las prisiones de las ciudades andinas de Cuenca y Azogues, capitales provinciales de Azuay y Cañar, respectivamente.
En la cárcel de Turi, como también se le conoce a la prisión de Cuenca, los presos retuvieron incluso a un grupo de guardias carcelarios, si bien el SNAI no detalló el número de funcionarios que se encuentran en esa situación.
Estas 3 cárceles (Latacunga, Cuenca y Azogues) están presuntamente controladas por la banda criminal Los Lobos, entre cuyos cabecillas está Luis Arboleda, más conocido como “Gordo Luis”, detenido en julio en Colombia y, según una fuente oficiosa, trasladado a la cárcel de máxima seguridad de La Roca.
El operativo realizado el miércoles por policías y militares en la cárcel de Latacunga forma parte de la serie de intervenciones que las fuerzas estatales están realizando en las cárceles de Ecuador bajo el estado de excepción decretado desde finales de julio en todo el sistema penitenciario nacional.
Con ello se busca desarmar a las bandas criminales que controlan los centros carcelarios y evitar nuevas masacres como las que desde 2020 han dejado más de 400 presos asesinados por enfrentamientos entre estos grupos, una situación que también se ha trasladado a las calles.