El Senado aprobó las leyes de una reforma energética que devuelve a Pemex y CFE el predominio en sus respectivos ámbitos y con la que el Gobierno trata de atraer capitales privados a un sector sediento de fondos para cumplir con sus metas de autosuficiencia.
Según publica Forbes México en su edición digital, la reforma devuelve tanto a la petrolera como a la eléctrica la prevalencia que habían perdido en una profunda reforma energética hace una década, y reafirma su carácter de empresas públicas estatales.
Las leyes pasarán ahora a la Cámara baja para su aprobación final.
Pemex, que pasa por una delicada situación financiera con abultadas deudas tanto con proveedores como financiera, tendrá ahora más libertad y mejores condiciones para aliarse con privados en una gama de esquemas de inversión, pero sin ceder el control de los proyectos.
Pemex podrá concretar, además de contratos de servicios, migraciones a esquemas mixtos y de exploración y extracción en alianzas o asociaciones con privados, en un marco similar al de los llamados farmouts de la reforma del 2013/14, que el expresidente Andrés Manuel López Obrador criticó duramente todo su mandato en septiembre del año pasado.
Pero ahora, Pemex no tendrá que pasar por un proceso licitatorio a través de un regulador para migrar asignaciones a contratos de participación mixta, en las que la estatal mantendrá el derecho exclusivo del área y no aportará capital.
En agosto, antes de que su pupila política y sucesora, Claudia Sheinbaum, asumiera la presidencia, Reuters adelantó que su Gobierno buscaría reactivar las asociaciones de Pemex con empresas privadas.
Sheinbaum acompañó la reforma que AMLO envió durante su Gobierno y que fue aprobada en octubre, apenas unos días después de que la mandataria asumiera el poder para un periodo de 6 años.
Para la CFE, preció Forbes, la reforma consolida el despacho prioritario de su energía en la red, algo que intentó infructuosamente el Gobierno de AMLO durante años, y mandata que la empresa produzca un promedio de al menos el 54% de la electricidad.
Para el 46% de la generación restante, se podrán realizar esquemas mixtos de inversión privada con el Estado, que deberá tener al menos el 54% de participación directa o indirecta en los proyectos.
Sheinbaum, una física con doctorado en ingeniería energética, ha dicho que impulsará el uso de energías renovables en su Gobierno y se espera que la participación privada en la generación se concentre en este tipo de energía.
La reforma también establece que el sistema eléctrico deberá operar bajo condiciones de confiabilidad y continuidad y deberá promover la transición energética y la descarbonización, a diferencia de AMLO, que impulsó principalmente el uso de combustibles fósiles.
Con información de Forbes México