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Por Redacción Feb27,2025 #cine

A 30 años del estreno de Natural Born Killers

Por Amaury Fernández*

Hace 30 años, el 26 de agosto de 1994 para ser precisos, se estrenó la película Natural Born Killers (1994), del director norteamericano Oliver Stone. Filme que tuve oportunidad de ver en primicia en la sala de los Estudios Universales en Los Ángeles, California, y que recuerdo como un memorable ritual cinematográfico, donde el público cantaba, gritaba y participaba cual niños emocionados, aunque la película era clasificación “R” o para mayores de edad en México, la audiencia haría aplausos y gritos al finalizar la proyección, situación peculiar que no recuerdo haber vivido anteriormente, salvo en ocasiones particulares en festivales de cine como el de Morelia FICM o el Festival Internacional de Cine de Guadalajara FICG.

Oliver Stone venía de dirigir en años recientes emblemáticas películas que podremos catalogar como una especie de radiografía de la cultura contemporánea estadounidense, con películas como The doors (1991), en el que el líder de la banda Jim Morrison, es interpretado magistralmente por Val Kilmer; también Nacido el 4 de Julio (1989),película que obtuvo varios premios Oscar y Globos de Oro; JFK. Caso abierto (1991) que trata de desentrañar el asesinato del expresidente John F. Kennedy, además de la multipremiada Pelotón (1986), como una férrea crítica personal a la guerra de Vietnam, recordemos al respecto que el propio Stone fue en la vida real un veterano de dicha guerra y además compañero de escuela de cine de Jim Morrison a mediados de los años 60.

Un filme posmoderno

Luego de esta interesante y propositiva serie de películas, el cineasta estadounidense realizaría un filme que de acuerdo con una entrevista al diario New York Post, surge de la influencia por la cultura visual de los años 80 y 90 más apegada al videoclip o video musical a la usanza de MTV y la televisión norteamericana, mostrando un cine no convencional que tal vez podríamos definirlo como un cine de tipo posmoderno.

Apelando a la clasificación del investigador Lauro Zavala, menciona que una película posmoderna tiene un conjunto de rasgos distintivos ya que suele “utilizar estructuras narrativas y arquetipos de personajes característicos de la tradición clásica (…) acompañado por un simulacro de intriga de predestinación, la imagen tiene cierta autonomía referencial, el sonido cumple una función alternativamente didáctica, sincrónica o sinestésica, la edición es itinerante, la puesta en escena tiende a ser autónoma frente al personaje, la estructura narrativa ofrece simulacros de metanarrativa, el empleo de las convenciones genéricas y estilísticas es itinerante y lúdico, los intertextos son genéricos y el final contiene un simulacro de epifanía. Todo ello es consistente con una ideología de la incertidumbre, organizado a partir de un sistema de paradojas (…) El cine es así un instrumento para construir realidades que no necesariamente tienen un referente en la realidad externa al espacio de proyección” (Zavala, 2005).

Siguiendo estos juegos de itinerancia y simultaneidad, al integrar elementos del cine clásico y del moderno con elementos de ruptura posmoderna, en Natural Born Killers se perciben diversos flashbacks o cortes de retorno en la historia, para poner al espectador al tanto de la compleja trama y las distintas temporalidades, además de utilizar elementos cromáticos que van del blanco y negro al rojo o al verde y viceversa, lo que representa apelar a múltiples emociones que logra detonar Stone en la recepción del filme, ofreciendo una riqueza de estilos y un gran manejo de cámara al emplear en la producción una gran variedad de ángulos, filtros y efectos especiales, a través del uso de una diversidad de lentes; además incluye un estilo que podríamos denominar de “perspectiva televisiva”, como en los momentos cuando satiriza programas de televisión populares o anuncios de publicidad televisivos, que impactan en los espectadores a partir de diversos y posibles caminos de interpretación.

La trama

Con una historia original de Quentin Tarantino (a quien finalmente no le gustó el resultado final de la obra y prefiriera retirar su nombre de los créditos) e inspirada además en una historia real de los años 50, con guion de Oliver Stone, David Veloz y  Richard Rutowski, el filme narra una historia de amor sui géneris al puro estilo de Bonnie and Clyde, entre dos personajes peculiares, la amada Mallory Wilson Knox, interpretada por una espléndida Juliette Lewis y el romeo de la historia, Mickey Knox, interpretado puntualmente por Woody Harrelson, obra que contiene elementos de variados géneros cinematográficos cual pastiche posmoderno, como drama, comedia negra con elementos de sátira, road movie y policiaco, y con personajes que en ocasiones no vislumbran la división entre el bien y el mal.

El filme en síntesis representa una crítica férrea a los medios de comunicación y su manipulación, y al propio sistema y cultura estadounidense en su normalización de las violencias. Se centra entre otros aspectos de la historia, desde el periodista Wayne Gale (Robert Downey Jr.), al hacer una crítica mordaz al sensacionalismo hacia crímenes descritos por la prensa y cómo estos medios hacen apología de los asesinos, por lo que fue criticada en su momento por la excesiva violencia gráfica y de contenidos no aptos para todo público, por también recibida favorablemente por un gran sector de la crítica especializada.

Otro elemento destacable del reparto es la actuación de Tommy Lee Jones, personaje que representa al fallido sistema de reclusión estadounidense; pero también toca el tema de los nativos norteamericanos, quienes en una de las escenas critican al hombre blanco y su falta de espiritualidad, además de su papel histórico en la generación de la violencia y las guerras en el mundo.

El soundtrack

El soundtrack o banda sonora de la película, corre a cargo de Trent Reznor, líder de grupo Nine Inch Nails (NIN), así como de Leonard Cohen y Brent Lewis, que además es acompañada por otra muy atinada selección musical, entre dichas participaciones se encuentran los trabajos musicales de Bob Dylan, Patty Smith, Janes Addictions, Peter Gabriel, entre otros.

Comentarios finales

En esta ocasión no podía dejar pasar la oportunidad de hablar de este emblemático filme a 30 años de haberla visto en estreno que, si bien no es una película fácil ni para todo público e incluso sería censurada temporalmente en algunos países como Francia o Inglaterra, marcó junto con otras películas de la época como Pulp Fiction (1994), un estilo peculiar al aportar elementos estéticos de un cine no convencional en un contexto hollywoodense de propuestas repetitivas, e incluso plantea una premisa filosófica muy interesante respecto el origen de la maldad en los seres humanos, de ahí el título del filme. Pero, por otra parte, al final el amor será el elemento principal de redención y el leit motiv de la historia. Película que se ha llegado a interpretar luego de sus más de 3 décadas de vida, tanto como odiosa como genial, pero que al final la audiencia ha sido y será siempre la que tendrá la última palabra sobre esta obra cinematográfica, juzgue usted.

Y cierro la presente colaboración con lo que menciona el diario El país como subtítulo en una de sus notas sobre la cinta:

Esta película reflejó un momento en que los medios de comunicación perdieron el norte y elevaron a los altares a los criminales para ganar audiencia, encaja perfectamente en la era de las “fake news” y la saturación de “true crimes” en las plataformas.

Fuentes:

Güimil, Eva (25 de julio de 2024). Ultraviolencia y cámaras de televisión: por qué la película más escandalosa de los noventa podría haber sido escrita hoy. El País. Retirado de https://elpais.com/icon/2024-07-26/asesinos-natos-por-que-la-pelicula-mas-escandalosa-de-los-noventa-podria-haber-sido-escrita-hoy.

Rusell, Calum (9 de abril de 2023). Cómo MTV inspiró a Oliver Stone para hacer ‘Natural Born Killers’, FAR OUT, retirado de: https://faroutmagazine.co.uk/how-mtv-inspired-oliver-stone-to-make-natural-born-killers/

Zavala, Lauro (2005). Cine Clásico, Moderno y Posmoderno Razón y Palabra, núm. 46, agosto-septiembre, Universidad de los Hemisferios Quito, Ecuador.


* Profesor Investigador de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima.

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