En la actualidad, el bienestar de las y los estudiantes no se limita únicamente a sus logros académicos, sino que abarca todos los aspectos de su vida. Uno de ellos, crucial y a menudo subestimado, es la salud sexual, componente fundamental de la salud en general y del bienestar emocional, especialmente en la adolescencia y juventud.
Promover una salud sexual consciente y positiva es esencial para asegurar que las y los estudiantes estén preparados para enfrentar los desafíos de la vida reproductiva y sexual. Se debe considerar que, en ello, el acceso a una información precisa es una herramienta esencial para tomar decisiones informadas sobre la sexualidad. Mucho de su presente y futuro depende de ello o lo implica.
Las y los jóvenes, de igual manera, deben también tener acceso a profesionales de la salud que, en la materia, puedan responder a preguntas y preocupaciones. La promoción de relaciones sexuales seguras y consensuadas es crucial y siempre una opinión, consejo u orientación de quien es experto en ello, es fundamental.
Fomentar el respeto mutuo, el consentimiento claro y la comunicación abierta en las relaciones íntimas es una parte integral de la salud sexual. Ello sería una extensión decidida para, por ejemplo, la prevención y el tratamiento de las infecciones de transmisión sexual (ITS).
En resumen, una salud sexual positiva contribuye al bienestar general de las y los jóvenes. Les ayuda a mantener relaciones más saludables, a tomar decisiones responsables y a enfrentar los desafíos de la vida y de la adultez con confianza. Debemos trabajar juntos para eliminar la estigmatización y el miedo que a menudo rodean a estos temas. Promover una salud sexual consciente es un acto de cuidado personal y colectivo.