La desaparición de los glaciares a consecuencia del calentamiento global se está acelerando y amenaza con una avalancha de consecuencias en economías, ecosistemas y poblaciones, alerta la ONU en el Día Mundial sobre los Glaciares, nacido este año para concienciar sobre el deshielo de unas masas que almacenan, junto a los polos, un 70% del agua dulce del planeta.
Desde 1975 los glaciares han perdido una masa de hielo de 9 billones de toneladas, equivalente a un bloque del tamaño de toda Alemania con un grosor de 25 metros, y más de 2 tercios de esa pérdida se ha registrado en este siglo, según estudios recientes.
Sólo en 2024, el año más cálido del que se tiene registro, se derritieron 450,000 toneladas, la cuarta mayor marca histórica.
La Asamblea General de Naciones Unidas declaró 2025 como el Año para la Conservación de los Glaciares, y también decidió que a partir de este ejercicio se consagraría a esas masas heladas en peligro la jornada del 21 de marzo, coincidiendo con fechas equinocciales en los 2 hemisferios que simbolizan la necesidad de equilibrio natural.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) también recuerda que entre 2000 y 2023 el derretimiento de los glaciares ha contribuido a un aumento de 18 milímetros en el nivel de los océanos, y advierte que cada milímetro de más expone a entre 200,000 y 300,000 personas nuevas a posibles inundaciones.
La fundición de las masas heladas es el segundo principal factor del aumento del nivel de los océanos, sólo por detrás de la subida de las temperaturas en las aguas marinas.
La secretaria general de la OMM, la argentina Celeste Saulo, también aprovechó la celebración del primer día mundial sobre los glaciares para hacer un llamamiento sobre su preservación, destacando que “no es sólo una necesidad medioambiental, económica y social, sino una cuestión de supervivencia”.