Estados Unidos anunció este lunes que llegó a un acuerdo con México para resolver la polémica sobre el reparto del agua del río Bravo, fronterizo entre ambos países, y que está regulado por el Tratado de Aguas de 1944.
“México se ha comprometido a transferir agua de inmediato desde embalses internacionales y a aumentar la cuota estadounidense del caudal en 6 afluentes del río Bravo hasta el final del ciclo hidrológico quinquenal actual”, apuntó el Departamento de Estado en un comunicado.
La Administración de Donald Trump agradeció a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, “su participación personal para facilitar la cooperación entre los distintos niveles de su gobierno y establecer una estrategia unificada para abordar esta prioridad”.
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar cada quinquenio cerca de 2,160 millones de metros cúbicos a Estados Unidos por los ríos que comparten en la frontera, mientras los mexicanos se quedan con 9,250 millones de metros cúbicos, casi 4 veces más.
La tensión entre ambos países se elevó el 10 de abril, cuando Trump advirtió de aranceles y sanciones a México por “violar” el Tratado de Aguas y deberle más de 1.600 millones de metros cúbicos de agua a Texas.
El Departamento de Estado apuntó este lunes que el pacto con México ayudará a “los agricultores, ganaderos y municipios del valle del río Bravo, en Texas, a obtener el agua que tanto necesitan y reducir la escasez”.
Estados Unidos y México, agregó el comunicado, también “se comprometieron a desarrollar un plan a largo plazo para cumplir de forma fiable con los requisitos del tratado y, al mismo tiempo, atender las deudas de agua pendientes”.
Entre ellas, señaló “transferencias mensuales adicionales y consultas periódicas” sobre las necesidades de suministro de los usuarios en Texas.
“Esperamos continuar nuestra cooperación con el gobierno de México para encontrar soluciones a la escasez de agua que afecta a las comunidades de ambos lados de la frontera”, sentenció.

