La gestión migratoria y las crisis en vivienda y sanidad dominaron este domingo el debate entre los líderes de las 8 principales fuerzas políticas de Portugal, a 2 semanas de las elecciones legislativas anticipadas del 18 de mayo.
El encuentro, televisado por la cadena estatal RTP, reunió por primera vez en esta campaña a los representantes de todos los partidos con representación parlamentaria. El primer ministro en funciones, Luís Montenegro, fue señalado por el resto de los candidatos por su gestión en minoría y por la falta de explicaciones sobre su vínculo con la empresa Spinumviva, cuyos pagos de terceros provocaron la moción de confianza que llevó a la dimisión del Gobierno en marzo.
Montenegro defendió que las elecciones fueron forzadas por la negativa de los partidos a respaldar la moción, no por la polémica empresarial, y responsabilizó al Partido Socialista (PS) por el “caos heredado”. Su principal adversario, Pedro Nuno Santos, le acusó de instrumentalizar la migración con fines electorales, tras el anuncio del Ejecutivo de que 4,500 inmigrantes irregulares recibirán notificaciones de salida en los próximos días.
Durante el debate, los partidos también se enfrentaron por la crisis de vivienda. Mariana Mortágua, del Bloco de Esquerda, criticó a PSD y PS por pedir “paciencia” a quienes esperan una vivienda digna y calificó ese mensaje como engañoso. En sanidad, Santos responsabilizó al actual Gobierno por el deterioro del Servicio Nacional de Salud, afectado desde hace años por la escasez de recursos y personal.
La situación económica también generó divisiones. Montenegro sostuvo que Portugal vive “un buen momento” económico, pese a que el PIB cayó 0.5 % en el primer trimestre de 2025, aunque creció 1.6 % interanual. Santos y otros líderes, como los de Chega y PAN, cuestionaron su enfoque y presentaron propuestas que incluyeron el aumento del salario mínimo, combatir la violencia doméstica y reconocer a Palestina.
