Unos 4.6 millones de personas podrían sufrir hambre extrema entre abril y junio de este año en Somalia, sumida en una crisis agravada por la falta de financiamiento humanitario, alertó la organización CARE.
“A medida que aumentan las necesidades, el financiamiento crucial se reduce, y los sectores de la alimentación y la nutrición son los más afectados, lo que está obligando a reducir o cerrar operaciones humanitarias que salvan vidas”, dijo en un comunicado la ONG.
Según los últimos datos para Somalia publicados a finales de marzo por la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) -herramienta que mide la gravedad de situaciones de hambre-, se estima que 4.6 millones de personas podrían sufrir niveles graves de hambre en Somalia en el citado periodo, lo que equivale a alrededor de un cuarto de la población.
Esta cifra supone un aumento respecto a las proyecciones de la CIF del pasado mes de enero, que estimaban en 4.4 millones al total de la población que podría verse golpeada por el hambre extrema entre abril y junio.
Asimismo, se estima que 1.8 millones de niños de entre 6 meses y 5 años podrían sufrir desnutrición aguda durante 2025 en el país, incluyendo 479 mil que podrían padecer desnutrición aguda severa, la forma más letal del hambre.
Frente a esta crisis, el Plan de Necesidades y Respuesta Humanitaria de Somalia 2025, que requiere más de 1,420 millones de dólares, cuenta con solo un 11.1% de financiamiento, a fecha del 12 de mayo, alertó CARE.
La abrupta congelación de la ayuda internacional ordenada el pasado enero por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha agravado la escasez de fondos humanitarios y ha puesto en peligro las vidas y la salud de millones de personas en África.
En 2022, Somalia estuvo al borde de una hambruna generalizada, que solo pudo evitarse gracias a un esfuerzo humanitario a gran escala, por lo que las Naciones Unidas han afirmado que es urgente replicar esta respuesta para brindar asistencia inmediata a la población y promover soluciones sostenibles a largo plazo.
El Cuerno de África sufrió entre 2020 y 2023 la peor sequía de las últimas 4 décadas, una falta de agua que dejó a Somalia con 6.6 millones de personas sufriendo inseguridad alimentaria aguda, según la ONU.
La crisis en Somalia, un país fuertemente golpeado por la crisis climática, se ve agravada, además, por la violencia del grupo yihadista Al Shabab, que fuerza el desplazamiento de la población.

