La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó, mediante un oficio obtenido a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, que no existe ninguna Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) registrada ante dicha dependencia para las obras de ampliación del puerto de Manzanillo en la zona de Cuyutlán.
De acuerdo con el oficio SEMARNAT/UT/0590/2025, tras una revisión exhaustiva en el Sistema Nacional de Trámites (SINAT), así como en los archivos físicos y digitales disponibles, no se encontró ningún documento que respalde el ingreso de una MIA correspondiente a dicho proyecto. La Oficina de Representación de la Semarnat en el estado de Colima confirmó que no se tiene registro alguno de este trámite ambiental.
La presentación de una MIA es un requisito obligatorio conforme al artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, el cual establece que toda obra o actividad que pueda provocar desequilibrio ecológico o exceder los límites establecidos en la normatividad ambiental debe ser sometida a evaluación previa para mitigar sus impactos.
El mismo documento también responde a una segunda solicitud de información, relacionada con las zonas afectadas por actividades mineras en Colima. La Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) enlistó más de 20 proyectos mineros registrados en el estado, cuyos datos -incluyendo claves y fechas de ingreso- pueden consultarse públicamente en el portal web de la dependencia. Esos proyectos abarcan desde el año 1996 hasta 2020.
No obstante, la Semarnat recomendó que cualquier consulta adicional relacionada con impactos ambientales o cumplimiento normativo en materia minera sea canalizada a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), organismo competente en la vigilancia y sanción en estos casos.
La ausencia de una MIA registrada para la ampliación del puerto podría constituir un incumplimiento normativo, lo cual genera preocupación entre organizaciones ambientalistas y sectores sociales debido al posible impacto en la laguna de Cuyutlán y otras zonas aledañas, consideradas de alto valor ecológico.

