El clásico entre el Benfica y el Sporting de Portugal por la Supercopa lusa disputado el miércoles (13) se convirtió en el partido de futbol femenino más visto de la historia del país, informó la Federación Portuguesa de Futbol (FPF).
Según datos de la Federación, el partido, ganado por el Benfica tras la tanda de penaltis, tuvo una audiencia media de 1,045 millones de telespectadores y un share del 23.4%, con lo que fue el programa más visto ayer en la televisión en Portugal.
Más de 2.7 millones de personas siguieron el intenso partido de 3 horas, transmitido por la emisora TVI.
El presidente de la Federación, Fernando Gomes, afirmó en un comunicado que estas cifras son “un reconocimiento al crecimiento del futbol femenino en Portugal”, y destacó “el compromiso de clubes, asociaciones, entrenadores y jugadoras con el crecimiento y la promoción” del mismo.
El futbol femenino en Portugal ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos tiempos, y este año el país debutó en un campeonato del Mundo, en el que incluso estuvo muy cerca de enviar a casa a las entonces defensoras del título, el equipo de Estados Unidos, con Megan Rapinoe y Alex Morgan.
El Benfica gana la Supercopa con comparaciones a Maradona
Una de las estrellas de la selección lusa en aquel Mundial, la atacante del Benfica Kika Nazareth, fue una de las mejores sobre el césped en el clásico, con un gol que incluso suscitó comparaciones con el que anotó el argentino Diego Armando Maradona en la Final de la Copa del Mundo de 1986 contra Inglaterra
En el minuto 55 en el Estadio Municipal de Aveiro, al que acudieron unas 10 mil personas, Nazareth regateó en el área a varias rivales del equipo verdiblanco para adelantar al Benfica.
Tras el partido, Nazaret dijo sentirse “muy halagada” por la comparación con El Pibe, pero que “es ponerle demasiada presión”: “Es comparar lo incomparable”, dijo entre risas.
El Sporting se creció en el partido en la fase final e igualó en el minuto 72 por medio de la noruega Andrea Norheim, que aprovechó un rechace de un balón que estrelló en el larguero, pero sucumbió en la tanda de penaltis, en la que las águilas marcaron todos y no encajaron ninguno para levantar la Supercopa.