Sáb. Dic 6th, 2025

Pobreza y necesidad de pertenencia conducen a menores al crimen organizado, en Ecuador

Del total de personas encuestadas, el 8.1% aceptó pertenecer a un grupo criminal, lo que implica que aproximadamente 1 de cada 10 entrevistados (alrededor de 300 menores) reconocieron su afiliación a una banda. (Imagen tomada de la web)

El sentido de pertenencia y admiración hacia el colectivo, la protección brindada, así como la precariedad derivada de la pobreza y la desigualdad social son las principales razones por las que cada vez más niños y adolescentes se vinculan a las bandas del crimen organizado en Ecuador, según datos de un nuevo estudio revelado por el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO).

“En un contexto de ausencia de oportunidades, el ser parte de una organización criminal se vuelve un método de supervivencia y rentable para los chicos y chicas. Ser parte de una organización me vuelve ‘alguien’ en el barrio, donde soy una persona olvidada”, dijo Renato Rivera, director del Observatorio, a EFE.

Este análisis se hace público después de que la Asamblea Nacional de Ecuador aprobase una ley que endurece las penas con hasta 15 años de privación de libertad para adolescentes por delitos graves vinculados a estas estructuras criminales, una medida que causó el rechazo de organizaciones como Unicef y que para Rivera es más bien política.

“La recomendación es que es de vital importancia empezar a trabajar y fortalecer el Comité (para erradicar el reclutamiento de menores) que han creado, con políticas públicas y recursos”, añadió.

En el estudio se encuestó a 2,948 adolescentes de 9 ciudades (Manta, Portoviejo, Machala, Babahoyo, Quevedo, Esmeraldas, Santa Elena, Guayaquil y Durán), todas ellas situadas en la región costera de Ecuador, donde se concentran los mayores niveles de violencia.

Así, el informe da cuenta de una alarmante situación que ha ido creciendo desde 2019, cuando, en el marco de una profunda y sostenida crisis penitenciaria, emergieron nuevas bandas criminales que han ido aumentando su poder especialmente en estos territorios.

Solo en 2024, más de 3,500 menores fueron detenidos como parte de las acciones de las fuerzas de seguridad contra las bandas criminales, según confirmó a EFE el ministro del Interior, John Reimberg.

Del total de personas encuestadas en esta investigación, el 8.1% aceptó pertenecer a un grupo criminal, lo que implica que aproximadamente 1 de cada 10 entrevistados (alrededor de 300 menores) reconocieron su afiliación a una banda. El reclutamiento se registra incluso desde los 10 años.

El sentimiento de importancia y respeto, señalado por el 22% de los encuestados, es la principal motivación para integrarse a estos grupos, seguido por el deseo de abandonar el hogar, con 11%. Apenas el 13% de los encuestados reconoce haber sido obligado o amenazado por la banda para formar parte de ella.

“La vinculación criminal debe ser entendida no solo como un fenómeno penal o de seguridad, sino como un proceso sociocultural y territorial. Implica reconocer que la participación de niños, niñas y adolescentes en estructuras delictivas responde a trayectorias marcadas por la pobreza, la violencia intrafamiliar, la deserción escolar, la falta de referentes positivos y la normalización de lo ilícito”, se detalla en el documento.

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By EFE

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