Científicos españoles detectaron microplásticos en el 69% de las muestras de líquido folicular femenino y en el 55% de las muestras del líquido seminal masculino, los fluidos reproductivos humanos esenciales para la concepción natural y asistida. En ambos casos, el polímero más frecuente fue el politetrafluoroetileno (PTFE).
El estudio preliminar, cuyos detalles se publicaron en la revista Human Reproduction y se expondrán en el encuentro anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) que se celebra en París, Francia, plantea importantes cuestiones sobre los posibles riesgos para la fertilidad y la salud reproductiva.
Los investigadores examinaron el líquido folicular de 29 mujeres y el líquido seminal de 22 hombres e identificaron una serie de polímeros microplásticos de uso común, como el politetrafluoroetileno (PTFE), el poliestireno (PS), el tereftalato de polietileno (PET), la poliamida (PA), el polipropileno (PP) y el poliuretano (PU), en ambos grupos.
El 69% de muestras femeninas tenían microplásticos. El polímero detectado con más frecuencia fue el PTFE, en el 31% de las muestras, seguido del PP (28%), el PET (17%), el PA (14%), el polietileno (PE) (10%), el PU (10%) y el PS (7%), en orden descendente de prevalencia.
En las muestras de líquido seminal masculino, se encontraron microplásticos en el 55% de las analizadas. El PTFE volvió a ser el polímero más prevalente, identificado en el 41% de las muestras, aunque también se detectó PS (14%), PET (9%), PA (5%) y PU (5%), en concentraciones más bajas.
Todas las muestras se recogieron y almacenaron en recipientes de vidrio y se sometieron a un tratamiento químico antes de su análisis mediante microscopía láser infrarroja directa para evitar su contaminación.
Amenaza para la salud
Se sabe que los microplásticos -partículas de plástico de menos de 5 milímetros- son una amenaza para la salud pública y el medio ambiente, por lo que, aunque la investigación no evaluó cómo afectan a la fertilidad, su detección subraya la necesidad de estudiar las posibles implicaciones para la salud reproductiva humana.
“Lo que sabemos por los estudios en animales es que, en los tejidos donde se acumulan los microplásticos, estos pueden provocar inflamación, formación de radicales libres, daño en el ADN, senescencia celular y alteraciones endocrinas”, apunta Gómez-Sánchez, quien también es director del laboratorio de reproducción asistida de Next Fertility Murcia y embriólogo jefe y coordinador científico en Gametia Gamete Bank.

