Centenares de jubilados argentinos se manifestaron este miércoles frente al Congreso, como cada semana, para exigir mejores pensiones, un reclamo habitual al que sumaron en esta ocasión denuncias por corrupción en el Gobierno de Javier Milei, tras el caso de sobornos que salió a luz en los últimos días.
Al interior de la sede legislativa se llevaba a cabo al mismo tiempo una comparecencia del jefe de Gabinete, GuIllermo Francos, en la Cámara de Diputados, sobre el rumbo del actual Gobierno en medio del último escándalo de corrupción a raíz de unos audios que comprometen a varios integrantes del Gobierno, entre ellos la secretaria general de Presidencia y hermana del mandatario, Karina Milei.
La concentración, integrada por grupos de izquierda y organizaciones sociales, incluyó una demostración en la que jubilados sostuvieron y transportaron en plena calle un ataúd con una bandera argentina encima que simulaba el “entierro” de las pensiones, en referencia a la negativa de la gestión de ultraderecha a subir los ingresos del sector.
El Parlamento aprobó el pasado 10 de julio una ley que establece un incremento del 7.2% para las jubilaciones y un bono de refuerzo por 110 mil pesos (83 dólares), pero el pasado 2 de agosto Milei firmó un decreto de veto a la ley bajo el argumento de que conspira contra su objetivo de “déficit cero”.
El miércoles 20 de agosto, la oposición en la Cámara Baja intentó sin éxito reunir los obligatorios dos tercios de los votos para rebatir el veto de Milei al aumento.
“Que se vaya Milei, que se vayan los Menem, que se vaya Karina, la coimera es tu hermana”, cantaban los manifestantes, en referencia a la denuncia de pedido de sobornos a proveedores de medicamentos para compras estatales que pesa sobre Karina Milei y Eduardo Lule Menem.
Marta Schmidt, una mujer que recibe la pensión mínima y se hizo presente en la manifestación frente al Congreso, dijo a EFE que el dinero no le alcanza: “Me dedico a trabajos de costura, hago y vendo ropa en ferias barriales. Si solo tuviera los 300 mil pesos (266 dólares) de la jubilación, no me alcanzaría”.
Sobre las denuncias contra el presidente y su hermana Karina, Schmidt insistió en que “este Gobierno tendría que renunciar o convocar a elecciones porque es mucha corrupción a la vista. No puede seguir con tanto robo”.
Sobre el final de la protesta, un centenar de personas se dirigieron desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada (sede del Ejecutivo), y en el trayecto fueron agredidos por efectivos de la policía local, que intentaban evitar que el tránsito sobre la avenida se cortara por completo.

