El gasto público presupuestado por México para 2024 refleja la realidad política de un año electoral, con los mayores aumentos en programas sociales y subsidios gubernamentales, incluidas las pensiones, advirtió el banco suizo UBS.
“En nuestra opinión, el presupuesto refleja la realidad política de un año electoral. Está previsto que el gasto público aumente del 25% del Producto Interno Bruto (PIB), en 2023, al 26.2% en 2024”, se lee en su análisis más reciente “Desafíos fiscales por delante”.
El Gobierno de México entregó el 8 de septiembre al Congreso el proyecto de presupuesto de 2024, que marcará el último año de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su análisis, UBS explicó que la mayor parte del aumento se debe a un alza en los programas sociales, que pasarán de 2.4% al 2.7% del PIB mexicano, mientras que las pensiones irán del 4.2% al 4.4% del PIB.
“Estos cambios no deben pasarse por alto, ya que involucran categorías de gasto difíciles”, consideró.
El banco suizo subrayó que entre lo más destacable del proyecto está la ampliación prevista de los objetivos fiscales, pues los requisitos de endeudamiento del sector público, la medida más amplia del déficit, crecerán del 3.9% del PIB este año al 5.4% el próximo, “el mayor déficit en 2 décadas”.
“Si el deslizamiento fiscal es puntual, no sería una preocupación seria. El riesgo reside en que esto marque el inicio de una tendencia”, contrastó.
También alertó de que el aumento del gasto público podría presionar la inflación y retrasar el inicio de la reducción de tasas del Banco de México (Banxico).
Además, UBS estimó un aumento de 2.3 puntos porcentuales en la proporción de la deuda sobre el PIB hasta un 48.8% en 2024.
“Un aumento no despreciable en nuestra opinión, pero todavía cómodamente por debajo del 50%”, comentó.
En este sentido, consideró que para mantener constante la deuda pública, el déficit presupuestal debe bajar del 5.4% del PIB, en 2024, al 2.6%, en 2025.
Sin embargo, matizó que “esto parece poco probable dada la presión de gasto para el Gobierno entrante”.
“La próxima Administración tendría que implementar una reforma tributaria para fortalecer los ingresos públicos y permitir al Gobierno mantener el ritmo de gasto. De no hacerlo, probablemente se producirían déficits primarios persistentes y una relación deuda/PIB más alta”, señaló.