Por José Luis Larios García
En el mes de septiembre se aproximaban los días para celebrar el aniversario del inicio de la Independencia de México, por lo tanto, el Gobierno de Colima se empeñaba en demostrar a los ciudadanos lo importante de llevar a cabo las fiestas cívicas en la ciudad. Los eventos eran organizados por el comité de la Junta Patriótica, conformada por personas de la sociedad civil y autoridades políticas. Ésta, fungía con el propósito de planear todo lo referente al programa de los festejos patrios.
En 1864, a pocos meses de haberse constituido el imperio de Maximiliano de Habsburgo, fue establecida la Junta, nombrándose como miembros a Gregorio Barreto, Gabriel Ochoa, Gabino Vizcarra y Jesús Sánchez, éste último fue elegido como presidente de la misma.
Según el programa general publicado en el periódico Pensamiento Político, la Junta Patriótica consideró solemnizar las festividades los días 15, 16 y 17 de septiembre; para tal efecto, inauguraban con un discurso en el portal Medellín. El inmueble se decoraba con flores de papel, palapa y listones de colores. Asimismo, instalaban un templete de madera donde algunos personajes letrados, hacían demostraciones poéticas análogas o recitales con temas patrióticos. Además, por la noche se iluminaban los portales con faroles y cirios grandes y todos los edificios del primer cuadro de la ciudad. También, el vecindario decoraba el frente de sus casas o preparaban lumbreras con antorchas encendidas con aceite de coco.
El día 15, por la mañana, recorrían 4 carros alegóricos por las calles. Las alegorías de los 3 primeros representaban América, Libertad e Hidalgo, el cuarto carro, estaba destinado a la prensa tipográfica que, durante el recorrido, los impresores obsequiaban poesía al público presente. El acto terminaba frente a la Iglesia Parroquial (hoy Catedral Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe), y al llegar al sitio, realizaban tiros de salva de artillería y repique de campanas.
Luego, el 16 de septiembre, a las 5 de la mañana, se enarbolaba el pabellón nacional en los pasillos del Palacio de Gobierno, cuyo evento se efectuaba con veintiún cañonazos, repitiéndose cada determinado tiempo. Por la tarde, el batallón organizaba un paseo militar en la calle principal (hoy calle Madero), hasta llegar al jardín Núñez. También en los llanos de Santa Juana, -actual parque Hidalgo-, preparaban un simulacro de guerra, actuado por la guarnición de la Plaza de Armas, quizás en recuerdo de la acción militar del 12 de julio de 1811, en la época de la Independencia de México, donde se desató una batalla sangrienta en los mismos llanos por los insurgentes, bajo el mando del general José Calixto Martínez y Moreno, alias Cadenas, quienes fueron derrotados por los realistas del coronel Manuel del Río.
Después de una larga jornada de actividades, a las diez de la noche, la música del escuadrón y cuadro de cuerda tocaba en la plaza principal. Mientras tanto, se invitaban a los comerciantes a jugar tiro al blanco y, por último, los funcionarios, empleados públicos y vecindario, se acercaban fuera de la parroquia para observar los fuegos artificiales.
El último día, es decir, el 17 del mismo mes, se nombraba a un orador oficial, invitado por el gobierno del estado para pronunciar en la noche un solemne discurso en honor de las víctimas de la patria mexicana.
Bibliografía
– José Luis Larios García, Festividades con regocijo en el proceso y consolidación de la Independencia en Colima, Colima, Archivo Histórico del Municipio de Colima, 2023.
– Periódico Oficial El Estado de Colima (12 de septiembre, 1864), AHMC: caja D-115, exp. 6, f. 11 fte.
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