Dirigentes estatales del PT hicieron un llamado a recuperar la ética en la vida pública y a combatir la corrupción en todos los niveles de gobierno, asegurando que el servicio público debe concebirse como un acto de compromiso y no de privilegio.
El comisionado político nacional del PT en Colima, Joel Padilla Peña, acompañado de integrantes de la Comisión Ejecutiva Estatal, sostuvo que el partido “mantiene como principio fundamental la ética de servir al pueblo y no servirse de él”, al ser cuestionado por medios de comunicación sobre los recientes casos de corrupción, enriquecimiento y derroche de funcionarios públicos a nivel nacional.
“El Partido del Trabajo no nació del poder ni de intereses personales. Nació de los movimientos sociales, de la lucha ferrocarrilera y del movimiento estudiantil del 68. Nuestra vocación siempre ha sido la del servicio y la congruencia”, subrayó.
El dirigente del PT lamentó que, con el paso del tiempo, la política se haya empantanado en el oportunismo, el lucro y la falta de principios, por lo que insistieron en que los partidos y sus militantes deben ser los primeros en reivindicar la política como un instrumento de transformación y no de beneficio personal.
“La política requiere virtudes: honestidad, justicia, libertad. No se trata de servirse del pueblo, sino de servirle. Quien asuma un cargo público debe hacerlo con humildad, transparencia y responsabilidad”, agregaron.
Cuestionado sobre los casos de presunto uso indebido de recursos públicos o actos anticipados de campaña de funcionarios, insistió en que su partido respeta la ley y rechaza cualquier forma de corrupción o uso electoral del poder.
“Hay autoridades competentes para investigar, pero nosotros siempre hemos sido respetuosos de la norma. La ética no es una consigna: es una forma de vivir la política”, afirmó.
Finalmente, reiteró que su labor seguirá enfocada en impulsar una democracia participativa y ética, donde el pueblo recupere su papel como soberano y principal protagonista de la transformación social.
“El poder no es un privilegio, es una responsabilidad. Y quien lo olvida, traiciona la esencia misma de la democracia”, concluyó.
César Barrera