Latinoamérica y el Caribe crecerán un 2.4% en 2025 y 2.3% en 2026, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantuvo sin cambios sus previsiones al advertir que la región enfrenta retos como la baja inversión, la fragilidad fiscal y una inflación que seguirá por encima del 5%.
En su informe Perspectivas Económicas Globales, publicado este martes, el organismo señaló que la región mantiene un crecimiento moderado pero estable, con una inflación en retroceso, aunque todavía superior a las metas de la mayoría de los bancos centrales, y un contexto global marcado por tensiones comerciales, costos financieros elevados y presiones fiscales crecientes.
“El crecimiento en América Latina se mantiene desigual, con algunos países mostrando resiliencia y otros aún enfrentando desequilibrios macroeconómicos significativos”, destacó.
Chile y Colombia: mejoras moderadas
El FMI también mejoró su previsión para Chile, que crecerá 2.5% en 2025, medio punto más que lo previsto en abril, y 2% en 2026. El informe destaca la recuperación del consumo y la estabilidad monetaria, en un contexto de aranceles del 10% a las exportaciones chilenas hacia Estados Unidos, entre los más bajos del Mundo.
En Colombia, el organismo elevó su proyección de crecimiento para 2025 al 2.5% (desde el 2.4%) y redujo ligeramente la de 2026 al 2.3%. La inflación se moderará al 4.9% en 2025 y al 3.5% en 2026, dentro del rango objetivo del Banco de la República.
Aunque el FMI elogió la “resiliencia” de la economía colombiana, alertó sobre el deterioro de las cuentas fiscales y la necesidad de fortalecer la sostenibilidad presupuestaria.
El FMI prevé que la inflación regional promedie 5.3% en 2025 y 4.7% en 2026, con precios de petróleo en torno a 68.9 dólares por barril y una leve caída de los alimentos. Sin embargo, advierte que la región sigue vulnerable al endurecimiento de las condiciones financieras y a la fragmentación del comercio mundial.
La deuda pública promedio de las economías emergentes latinoamericanas alcanzará el 82% del PIB en 2030, frente al 70% de 2024, lo que obliga a una consolidación gradual para preservar la inversión y la cohesión social.

